La manifiesta ineficacia de la Municipalidad para solucionar el tema de los carreros en la ciudad de Córdoba ya ha adquirido la magnitud de una irresponsabilidad estatal.
Un siniestro vial puso una vez más sobre la mesa de las cuestiones pendientes la situación de los carreros en la ciudad de Córdoba. Esta vez fue en avenida La Voz del Interior al 5600. Un utilitario chocó a un carro tirado por una yegua, que debió ser sacrificada porque se quebró. Pero antes sucedió algo parecido en barrio Los Paraísos y, a principios de mayo, sobre la avenida Octavio Pinto.
En el choque del jueves pasado, el carro era manejado por una mujer, acompañada por varios niños, y, según diversos testigos, se comportó de manera imprudente.
Si, como se ha dicho, la mujer estaba trabajando con su carro, ya advertimos desde estas columnas –el año pasado, durante las manifestaciones frente a la sede de la Municipalidad– que es difícil calificar como trabajo en sentido estricto lo que hacen los carreros, pero así se denomina socialmente esa tarea. Y, en este punto, surge la pregunta: ¿qué hacían los niños que estaban con la mujer?
Todos sabemos que el trabajo infantil está prohibido, pero a la vez todos sabemos que entre nosotros la ley no se cumple, no sólo por parte de quienes hacen trabajar a niños, sino por parte de quienes deberían dar contención social a los sectores más necesitados. La tracción a sangre también está prohibida. Pero la falta de controles municipales y policiales, más la debilidad que exhiben las autoridades, que ante la protesta de quienes se sienten afectados, si se pone en vigencia una ley cualquiera, optan por no hacer efectiva la norma, terminan en situaciones como esta: un carro con una mujer y varios niños a bordo choca con un vehículo, y mujer y niños acaban golpeados. Por supuesto, estuvimos al borde de la tragedia.
De modo que, una vez más, nos encontramos frente a una pregunta que no tiene respuesta: ¿cuándo y de qué modo las autoridades encontrarán una solución al tema?
El año pasado, la Municipalidad anunció un censo con el objetivo de cambiar los carros por motocargas. Se dijo entonces que se eliminarían los carros en julio de 2014, aunque aún no estaba definido cómo se financiaría la compra de las motocargas que hicieran falta.
El titular del Movimiento de Carreros Unidos estima que hay mil carros en la capital de Córdoba. Los funcionarios municipales sospechan que son más. Pero si ninguna de las partes puede dar un número exacto, es porque el censo entonces prometido no se realizó.
Además, el municipio hizo una licitación para comprar sólo 40 motocargas y fracasó, de modo que habrá otra pronto. No es necesario mirar un calendario para darse cuenta de que faltan escasas semanas para que llegue julio. ¿Qué puede hacer la Municipalidad en estas pocas semanas si en seis meses no pudo avanzar un solo paso en firme hacia la solución definitiva del problema?
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