Con apenas 15 días de vida, hace ya 17 años, Sonia Manyoses decidió hacerse cargo de Punky, la más traviesa de la camada. "Se quedó la última en ser adoptada porque era la más revoltosa pero cuando la vi fue un flechazo", recuerda su dueña. Esta vecina de Esplugues de Llobregat (Barcelona) describe a su "canelita" como su "compañera de vida" y no quiere ni pensar el día en que falte.
Punky lucha contra el cáncer de mama desde el año pasado. El último 14 de febrero fue sometida a una intervención pero recientemente le han detectado "nuevos bultos" y ahora su familia se encuentra a la espera de los resultados de los análisis que avalen la viabilidad de una segunda operación. Al despertar tras la primera, "en seguida pidió comida como diciendo 'yo quiero seguir viviendo'", relata Sonia.
Si algo desprende esta perrita es la "alegría de vivir y ganas de luchar por la vida", destaca su ama. La pequeña ha afrontado su enfermedad con una actitud "jovial" desde el principio. "Es injusto que el cáncer se lleve a un animal con tanta energía y felicidad". Aunque de ánimo está bien, los tumores se extienden dentro de Punky. Esta veterana guerrera no pierde nunca la sonrisa ni se permite escatimar mimos hacia su 'mamá':
"Ella es mi enfermera, la que me anima cuando yo estoy decaída, y sin duda es ella la que me da fuerza a mí, que a veces soy incapaz de reprimir las lágrimas", reconoce Sonia. Recogida de medicinas Punky le dio las fuerzas necesarias a Sonia para terminar con 37 años el grado de Veterinaria y ahora la catalana tiene como objetivo matricularse en la universidad para continuar sus estudios con la licenciatura.
Pero eso no es todo. Tras muchas prácticas y visitas a diferentes protectoras, Sonia detectó que los voluntarios ayudaban llevando comida y acompañando a los canes en sus paseos, "pero nadie pensaba en las medicinas". Por esta razón, fundó SOS Medicins, una asociación animalista sin ánimo de lucro que compra y recoge medicamentos para llevarlos a las protectoras que no reciben ayudas municipales. "Creamos y vendemos artesanía y bisutería y con los fondos recaudados compramos fármacos, aunque también recogemos medicinas que los humanos desechan porque estos también pueden servir durante un tiempo a los animales", explica Manyoses.
Adoptar frente a comprar Esta lectora subraya la "prioridad" de adoptar animales frente a pagar por ellos. "Comprar es un capricho y fomenta el mercado negro de la venta de animales", lamenta Sonia, que al tiempo destaca que "hay muchas criaturas que necesitan una oportunidad, sobre todo las mayores".
Si bien no es capaz de "pensar en ir a dormirla" y luchará hasta el final por "su niña de cuatro patas", Sonia no descarta volver a tener otro compañero "una vez superado el periodo de dolor". "Punky es mi primera perra, llegó a mi vida tras la muerte de mi gata y mi abuela, y es una pena que la gente que tenemos tanto amor que dar a los animales se venga abajo tras la muerte de un ser querido. Para entonces, espero aplicarme esto que estoy diciendo y envejecer acompañada de animales", reflexiona.
20minutos.es
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