Comenzó alimentando a las aves para poder verlas de cerca y ahora ellas le corresponden llevándole todo tipo de presentes.
Ella tiene ocho años, se llama Gabi Mann y vive en Seattle. Leemos su preciosa historia en el magazine de BBC. A Gabi le encanta observar aves, por eso quería acercarse a ellas todo lo que pudiese. Pero como todos sabemos, estos seres alados son muy asustadizos y tienden a tomar la vía aérea con rapidez en cuanto detectan la presencia de un extraño demasiado cerca de ellos. Por eso esta niña decidió buscar una manera de pasar de sospechosa a amiga. ¿A qué no puede resistirse prácticamente ningún ser vivo sobre la faz de la tierra? A la comida.