Philip Wollen: “Cuando viajo por todo el mundo, veo que los países pobres venden sus cereales a Occidente mientras que sus propios hijos mueren de hambre. Y Occidente alimenta con ese grano al ganado. ¿Para que podamos comer carne? ¿Soy el único que ve esto como un delito? Créanme, cada bocado de carne que comemos es como una bofetada en la cara de un niño hambriento".
Philip Wollen con sus perros adoptivos