Karla Gómez Desde la clínica veterinaria de su familia ha devuelto la salud a decenas de perros callejeros.
Tegucigalpa, Honduras - Desde pequeña demostró una gran sensibilidad para cuidar a los cachorros y animales que llegaban a la clínica veterinaria de su padre.
Su pasión por la protección de los animales se refleja en la fotografía que cuelga en la sala de espera de la Veterinaria Soto, donde se le aprecia con tan solo cinco años fundida en un abrazo con tres cachorros.
Hoy en su mirada aun se refleja esa mirada de compasión para velar por la salud de las mascotas de cada uno de los clientes de la clínica y sobre todo para recuperar la salud de los animales en abandono que adopta como suyos.
Desde hace varios meses Paola lidera una iniciativa de adopción y recuperación de animales callejeros, ella asegura que todo inicio por accidente, cuando un cliente le llevó a un cachorro enfermo que encontró en la calle.Y con memoria fotográfica recuerda cada una de las historias de los animales que han pasado por su sala de recuperación.
Entre esos recuerdos está el de Penélope, una perra embarazada que llegó golpeada a consecuencia de un atropellamiento y en muy mal estado de salud.Gracias a los cuidados de Paola y del equipo de veterinarios de la clínica Penélope se recuperó y dio a luz a 10 cachorros.“Los perritos fueron dados en adopción, pero Penelope sigue aquí, es más fácil encontrarle un hogar a un perro adulto que a un cachorro”, lamenta.Junto a Penelope se encuentra Samy, un cachorro de cuatro meses que fue llevado hasta los brazos de Paola por un cliente, que lo llevó mal herido y con una pata fracturada.
“El cliente financió algunos gastos de su recuperación, pues tuvimos que operarlo, pensamos no podría volver a apoyar su pata lastimada pero, ha evolucionado satisfactoriamente”, dice.La labor de Paola se ha inmortalizado en las redes sociales, donde publica los casos de los caninos rescatados y le pide a los lectores que les pongan nombre, los adopten y narran cada caso para crear sensibilizar a la población sobre el sufrimiento animal.
“No todos los casos publicamos porque siempre aparecen personas que se quieren aprovechar de la situación y cuando los animales están recuperados los reclaman como dueños”, relata.Paradójicamente Paola no es veterinaria sino psicóloga con una maestría en neuropsicología, conocimientos que asegura aplica para tratar a los animales en abandono y a las mascotas de sus clientes cuando deben ser internadas durante el proceso de separación con sus amos.
“No solo los animalitos sufren por la separación de sus amos, los humanos también nos deprimimos durante este proceso, por eso les damos a ambos una atención personalizada”, afirma.
Para adoptar
El proceso de adopción en el refugio Soto no es nada fácil, pues a las personas que desean adoptar se les realiza una entrevista vía correo electrónico o chat, para determinar sí en verdad pueden hacerse cargo de una mascota.
Además se les pide a los jefes de los hogares de adoptivos que envíen una vez al mes una fotografía del animal para confirmar que está en buenas condiciones.La fotografía debe enviarse durante seis meses, pues en una ocasión el equipo de Paola tuvo que recuperar a un cachorro que fue dado en adopción porque recibía maltratos y estaba mal cuidado.“Una mascota debe ser el bebé de su amo, por eso nos preocupamos por su bienestar”, expresó.
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