Una mujer llamada Paula Tiberius y su marido Richard tenían un problema bastante peculiar que terminó con una sorpresa adorable. Antes de que todo esto sucediera, descubrieron que una gata había dado a luz a una camada de gatitos unos días antes. Se encontraron a uno de los gatitos en el garaje, pero cuando volvieron, el pequeño había desaparecido.
Fue en ese momento cuando empezó a oírse un sonido insoportablemente alto que venía de las paredes de su casa. Después de estar oyéndolo durante un par de días, Paula se embarcó en la misión de descubrir qué estaba pasando. Ahí fue cuando ocurrió todo esto.
Por fin delimitaron de dónde venía el sonido. Así que Richard empezó a trabajar.
Mientras quitaba un trozo de la pared, el sonido se oía cada vez más. Seguro que no puedes adivinar lo que era…
… ¡un gatito!
Sacaron al pequeño de la pared. Debía haberse quedado atrapado ahí dentro.
Por suerte, Paula era una amiga que sabía exactamente lo que había que hacer.
Primero, le dieron un baño. Descubrieron que su cuerpo estaba cubierto de pulgas. Estaban muy metidas en su piel e incluso salía sangre que se iba por el coladero. Los veterinarios dijeron que la mayoría de los gatitos mueren cuando se enfrentan a mordeduras tan severas.
Después de quitarle las pulgas una a una, aquí está ¡con una pinta un poco dura pero mucho mejor!
Secadito del todo y pareciendo un gatito reluciente.
Al final el gatito fue dejado con una gente estupenda de una organización llamada Petopia. Ahora está en buenas manos, y han decidido llamarle Valentino por la marca en forma de corazón de su cabeza.
Una vez llegaron al veterinario, un hombre llamado Dr. Shazad se hizo cargo de él. Le dio un tratamiento para los gusanos y un ungüento para los ojos.
Mientras tanto, de vuelta a casa de Paula y Richard, las paredes ya no maúllan.
ohhhh!! q monada de gatito , q bello final
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