La futura ley de protección animal establece penas de 300 euros para aquellos propietarios de animales sin el certificado de aptitud expedido por las autoridades locales
En Turquía, ser propietario de mascotas no está al alcance de todo el mundo. Si la nueva legislación sobre protección animal que prepara el gobierno turco es aprobada, tal y como se espera que ocurra en los próximos meses, aquel que desee tener un animal doméstico en casa deberá acreditar que posee el entorno y los conocimientos necesarios para cuidar de él.
«Cualquier persona que adopte, posea, venda o cuide de un animal necesita tener un alojamiento adecuado para el bienestar del animal, cubrir sus necesidades etológicas y cuidar de su salud», afirma Selçuk Özdag, jefe de la subcomisión parlamentaria sobre Medio Ambiente. «Las personas que vendan o adopten animales están obligados a tomar medidas de precaución para prevenir la contaminación y el daño ambiental, y las incomodidades originadas por los animales. También tendrán que compensar cualquier daño producido por no tomar estas medidas a tiempo», ha explicado el político, diputado del gobernante Partido Justicia y Desarrollo por la provincia de Manisa, y uno de los promotores del proyecto de ley.
Pero además, la medida obliga a los propietarios de mascotas a recibir cursillos de entrenamiento sobre su cuidado. «Aquellos que vendan o posean animales están obligados a participar en programas de formación organizados por las administraciones locales y obtener un certificado. Se impondrá una multa de 1.000 liras a aquellos que vendan mascotas a gente que no ha recibido el certificado de formación en cuidados animales», comenta Özdag, citado por el diario «Hürriyet Daily News».
Circos y sexo con animales, prohibidos
La ley endurecerá también la cuantía de las multas para aquellos que torturen o maten animales, y tipifica como delito el sexo con seres vivos, que estará penado con entre tres meses y dos años de cárcel. Pero la regulación iría mucho más allá, al prohibir toda actuación de cara al público en la que participen animales, lo que incluye a circos y delfinarios, muy populares entre los turistas que visitan la costa mediterránea de Turquía.
La ley ha sido redactada tras consultar con asociaciones como la Federación Turca de Protección de los Derechos de los Animales (HAYTAP, por sus siglas en turco), que la saluda como positiva, aunque muchos dudan sobre la posibilidad real de ponerla en práctica.
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