El hombre que capó a un perro a navaja recibirá clases de protección de animales
Enrique D.R. mostró arrepentimiento y confesó que no sabía lo que hacía cuando mutiló al can - El juez sustituyó la pena de prisión por trabajos de utilidad pública y un curso
El hombre que capó al perro Shin Chan de Francelos, Ribadavia, por montar a su podenca en celo compareció ayer ante el juez para admitir su culpa y aceptar una sentencia condenatoria por un delito de maltrato animal.
El fiscal pedía seis meses de prisión pero al existir conformidad la condena se redujo a cuatro. Dictada la sentencia, la defensa solicitó la transformación de la pena de cárcel en trabajos en beneficio de la comunidad y el juez de Ribadavia aceptó imponiendo a mayores la obligación de acudir a un programa formativo relacionado con la defensa de los animales durante un plazo de dos meses. También tendrá que pagar los 536,6 euros de gastos veterinarios y los que surjan por los cuidados posteriores que precisará el perro malherido.
A Enrique D.R., de 52 años y originario de Baltar, le molestó la escena que se encontró cerca de su casa cuando regresaba el pasado domingo, a las cinco de la tarde, de la Feira do Viño de Ribeiro. Sacó la navaja del bolsillo y "amputó injustificadamente el pene del perro", según ha quedado recogido en la sentencia firme. El castigo por estos hechos calificados de "bestias y crueles" por parte del colectivo "Mascotas perdidas no Ribeiro", ha sido rápido y ejemplarizante: cuatro meses de trabajos de utilidad pública y dos meses de lecciones sobre derechos y protección de los animales.
"Lo que le ha pasado a Shin Chan es muy salvaje pero hay muchos casos de maltrato animal que la opinión pública nunca llega a conocer", lamenta Laura Pérez de Mascotas perdidas no Ribeiro. "Hace pocos meses encontramos un perro ahogado en el río Avia dentro del transportine", denuncia.
El acusado, que actualmente se encuentra en el paro, también ha quedado inhabilitado durante 16 meses para ejercer profesión, oficio o comercio que tengan relación con los animales. Su defensa asegura que mostró arrepentimiento y que no sabía lo que hacía cuando mutiló al perro. El dueño del can, Braulio Maroño, le realizó unas curas pero el animal, dolorido, escapó. Cuando apareció, ya al día siguiente, estaba en muy mal estado. La tosca castración a navaja le provocó una hemorragia grave y le amputó las glándulas bulboretrales. El corte le seccionó la uretra y los vasos sanguíneos regionales, lo que requirió una cirugía de urgencia consistente en la amputación total y uretrostomía permanente. Ayer todavía permanecía en la clínica veterinaria a la espera de recibir el alta. "Apenas levanta la cabeza y está triste", señala el hijo de Braulio Maroño, quien cree que Shin Chan echa de menos a su amo.
El daño causado ha sido tal que precisará atenciones clínicas durante un largo período y cuidados particulares de por vida ante el elevado riesgo de infección urinaria.
El dueño de Shin Chan espera que el perro se recupere lo antes posible. Braulio Maroño hijo destaca que es un perro fiel y muy querido en Francelos. Llegó a la familia hace 10 años. "Era uno más en una camada nueva y una vecina los regalaba. Elegí uno para mi hijo de cinco años y en aquel momento le llamamos Pinpón porque no paraba de saltar. Lo tuvimos un tiempo en el piso pero después se lo dimos a mi padre para que le hiciera compañía en Francelos. Enseguida le cambió el nombre y le puso Shin Chan porque lo veía en la tele y le hacía mucha gracia".
07 de mayo de 2014
Un hombre de Ribadavia le corta el pene a un perro por acosar a una perra en celo
La Guardia Civil de Ribadavia imputó ayer a un hombre de 52 años un delito de maltrato de animal, después de que otro vecino denunciara que cortó con una navaja el pene de un perro sin raza definida porque acosaba a una perra en celo de raza podenco, propiedad del imputado, que responde a las iniciales de E. D. R.
Sin Chan, un perro mestizo, ha sobrevivido a la brutal agresión ?la amputación de su pene? de la que fue objeto el domingo por la tarde en Francelos, en el municipio ourensano de Ribadavia. Unos vecinos oyeron los gritos del animal y avisaron al dueño de lo que estaba pasando. El perrito volvió a casa de su amo malherido, su dueño le hizo como pudo unas curas rápidas y el animal escapó, según relató Braulio Moroño, hijo del propietario. No apareció hasta el día siguiente, cuando lo llevaron a una clínica veterinaria de Ribadavia. El veterinario vio que al animal le faltaba más de la mitad del pene y tenía los vasos sanguíneos cortados. «Chegou nun estado lamentable. Houbo que amputarlle todo, castralo e ir ata atrás para facerlle unha apertura da uretra para que poida orinar», expicó el veterinario que lo intervino, Emilio Díaz, quien en su vida profesional asegura que nunca había visto un caso semejante.
El imputado tuvo que prestar declaración en el Juzgado de Instrucción de Ribadavia, donde según los denunciantes, asumió su responsabilidad en el cruel hecho y se mostró dispuesto a hacerse cargo de los gastos veterinarios.
La única explicación a esta crueldad parece ser que el denunciado pudo ver al perro mestizo montando a su perra de raza podenco, ya que de otro modo difícilmente podría haber accedido al pene del animal. Además, no había mala relación entre los vecinos. El denunciado se había trasladado hace poco a vivir a Francelos y mantenía un trato aparentemente cordial con el denunciante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario