Las persianas destruidas y los platos rotos esparcidos por el suelo fueron algunos de los vestigios que dejó la inesperada visita que, el pasado miércoles, realizó un puma de 52 kilos a una casa del barrio Santa María de Manquehue, en Vitacura.
La presencia del felino no sólo conmocionó a los vecinos del sector, sino que, además, desplegó un amplio operativo policial. También funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) llegaron para capturar al asustado animal. Luego de cinco horas de trabajo, finalmente se logró su rescate sin herir al espécimen.
El trabajo efectuado en el barrio residencial del sector oriente no fue el primero que realiza la suboficina de Vida Silvestre del SAG. Según estadísticas entregadas por esa repartición, sólo en 2013 acudieron a 619 rescates de animales que van desde aves, como faisanes o águilas; reptiles como iguanas o culebras de cola larga, o felinos como el puma recientemente encontrado en una residencia.
DIFICULTADES DEL RESCATE
El total de especímenes silvestres hallados en Santiago (273 procedimientos), Talagante (268), Maipo (39) y Melipilla (39) alcanza los 1.285. Las denuncias de maltrato animal ante las policías, las fiscalizaciones o la entrega voluntaria a esta repartición son las formas en que el SAG rescata a animales silvestres.
Posteriormente, los especímenes son derivados a recintos especializados para su resguardo y cuidado.
“Usualmente tratamos de que vayan a un centro de rehabilitación, cuando las condiciones de los ejemplares así lo ameritan. También se priorizan los centros de reproducción de las especies, que tienen como fin reproducirla y que podamos repoblar el medio con las crías”, explica Rafael Asenjo, jefe de Vida Silvestre del SAG.
Otra de las opciones que maneja el servicio es enviar a los animales a centros de exhibición o realizar su liberación en medio silvestre,
“Una de las dificultades es la captura, tener buen soporte de elementos para hacer una captura segura tanto para los funcionarios como para los especímenes, es muchas veces complejo llegar a los lugares”, agregó. Los acuerdos con centros privados de rehabilitación y cuidado de animales es clave para mantener en buenas condiciones a los animales rescatados.
La Ley de Caza faculta al SAG no sólo a fiscalizar este tipo de recintos, sino que, además, llegar a acuerdos para mantener a los animales resguardados.
Uno de los últimos animales que rescató el SAG fue un pudú hallado por brigadistas durante el combate a un incendio forestal en la VII Región. El animal se encuentra resguardado.
fuente: latercera.com
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