ALGECIRAS. – La historia comienza el pasado sábado, cuando Naomi Galiano, de 22 años, entraba en la terminal de viajeros de Algeciras acompañada de su perro, de nombre “Pirata”, procedente de Marruecos, tras pasar allí unas vacaciones.
En ese momento, le fue requerida la documentación del animal. Según informa hoy la subdelegación del gobierno en Cádiz, para este tipo de casos procedentes de Marruecos, debido a la situación sanitaria y a que la rabia es un hecho real en ese país, como lo atestiguan los casos importados a la Unión Europea a Holanda y Toledo en animales en los años 2012 y 2013 y un caso de rabia humana en Madrid este 2014, se establecen unas medidas más estrictas que incluyen la identificación del animal por microchip, la vacunación antirrábica vigente y la realización de un test serológico realizado un mes después de la última vacunación y tres meses antes de la entrada del animal.
Estos requisitos eran incumplidos por Pirata, por lo que a la propietaria le fue retirado el animal. Cuando un animal incumple con lo anteriormente relatado y dado el riesgo sanitario que hay, el reglamento posibilita tres opciones: reexpedición a Marruecos, aislamiento y en último caso el sacrificio del animal. A la hora de aplicar una de las tres opciones se oye al interesado y él es el responsable de todos los gastos derivados de la aplicación de una de estas tres opciones.
La dueña de este perro optó por el aislamiento, que es por tres meses, pudiendo dividirse en dos fases siempre que se den dos premisas: que analizados los anticuerpos antirrábicos neutralizantes dé el nivel exigido por la legislación sean igual o superior a 0,5 UI/ml, y que las autoridades locales de destino acepten el seguimiento del animal.
En estos casos se hace una primera fase de aislamiento de un mínimo de 14 días en el punto de entrada y una segunda fase en destino en régimen domiciliario hasta completar 3 meses. De no cumplirse con las premisas anteriores el animal debe permanecer en aislamiento en el punto de entrada durante 3 meses, para verificar que el animal no desarrolla sintomatología de rabia.
En la actualidad este animal está en aislamiento en Algeciras, se ha enviado la muestra de suero para realizar la prueba serológica y se han empezado los trámites para ver si las autoridades locales de destino aceptan el animal. Se está a la espera del resultado del test serológico y la aceptación del seguimiento por las autoridades locales competentes en Sanidad Animal de la Generalitat Catalana.
La entrada de animales de compañía desde terceros países a la Unión Europea está regulada por el Reglamento 998/2003, donde se establecen una serie de requisitos en función de la situación sanitaria del país y las medidas de lucha que se aplican en ese país frente a enfermedades y, más concretamente, frente a la rabia.
Movilización
La dueña del animal, que permanece por el momento en Algeciras, está siendo ayudada por personas con perfil en twitter y Facebook, que se han movilizado para tratar de buscar el dinero necesario para costear la estancia de Naomi, y la del propio perro, a la espera de lo que decidan las autoridades.
La familia de Naomi ha denunciado la situación que está viviendo la joven, ya que sostienen que apenas se la deja ver al animal y achacan la falta del test que le permitiría regresar a su hogar a “un error de la veterinaria”, pues sostienen que la perra fue llevada a una clínica para que ser preparada de cara a realizar el viaje, realizando todos los trámites excepto éste, motivo por el cual afirman que la veterinaria se ha comprometido a hacer frente al gasto que supone tener a ‘Pirata’ en la perrera, si bien señalan que hasta la fecha sólo existe el compromiso, ya que no ha abonado el dinero. En este sentido, añaden que el coste diario por tener a un perro en la perrera es de 10 euros al día, a lo que habría que sumar 100 euros del test, por lo que aseguran “no entender” por qué se les pedía 800 euros.
La familia también sostiene que se ha puesto en contacto con protectoras de animales de la zona y que el consejo que han recibido es “sacrificar a la perra si no queremos pagar el dinero”, lamentando la situación por la que están pasando y la “falta de apoyo” por parte de las instituciones.
“Tengo a mi perra encerrada entre rejas por un fallo administrativo y yo viviendo en la calle porque no tengo recursos. Es una injusticia y he pedido a la residencia canina que me dejen trabajar con ellos de voluntaria para así poder estar con mi perrita, pero no me lo permiten. Estoy desesperada”, aseguraba Naomi en los micrófonos de COPE Campo de Gibraltar.
Foto: Andalucíainformacion.es
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