14 Octubre
En 1996 Kim compró un terreno en el municipio de Mijas (Málaga) para establecer su primera vivienda. Pronto, estos terrenos situados en pleno monte -diseminado Atalaya, 47- se convirtieron en una peculiar protectora de animales. Desde entonces, por el Refugio de Kim (Kim’s Animal Rescue) han pasado más de 5.000 animales. La mayoría de ellos se han salvado.
En la actualidad allí se cuidan a 75 perros y 100 gatos abandonados. Han sobrevivido a incendios e inclemencias, pero ahora se enfrentan a otro peligro: la administración local del Ayuntamiento de Mijas dirigida por el alcalde Ángel Nozal (PP), que amenza con cerrar definitivamente las puertas de este refugio.
Como en otros puntos de la Costa del Sol, el caso de Kim pone al descubierto que durante décadas han sido los residentes extranjeros los que se han ocupado de atajar el problema de las mascotas abandonadas en la provincia de Málaga. Nórdicos, escandinavos y británicos, mayormente, han establecido redes de acogida y adopción por toda Europa para perros y gatos ‘malagueños’. Aún hoy, cientos de ellos vuelan a destinos europeos cada año desde el aeropuerto de la Costa del Sol. De lo contrario, estas mascotas serían sacrificadas.
El Refugio de Kim es paradigmático en este sentido. Pese a que suple competencias municipales y regionales, se sostienesin niguna clase de ayuda o subvención del Ayuntamiento de Mijas o la Junta, simplemente con las aportaciones de voluntarios, sean estas en forma de dinero, comida, vacunas o tiempo invertido en el mantenimiento de la actividad de la protectora.
Esta precariedad de medios se ve agravada después de que hace escasos días la Policía Local que dirige Ángel Nózal (PP) haya denunciado al refugio y le haya retirado temporalmente la licencia zoosanitaria. Los agentes han advertido a Kim que de no acometer una serie de mejoras le impondrán una cuantiosa multa. “Me dijeron lo suficientemente grande como para perder mi propiedad”, indica a www.diariocostadelsol.com
Los requisitos son numerosos, entre otras cuestiones tiene que poner el chip a los gatos, y cada uno de estos aparatos cuesta 45 euros.
Los responsables del refugio piden ayuda para proseguir con su labor.
Para más información en su página web oficial o en Facebook
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