17/10/2014 - Jesús Sanchez Martos, médico y catedrático de la Universidad Complutense ha denunciado que el director general de Atención al Paciente de Madrid, Julio Zarco y su familia han recibido graves amenazas por el sacrificio del perro de la enfermera contagiada de ébola
AFP
Manifestantes del partido animalista PACMA en apoyo a Excálibur, el perro de la auxiliar de enfermería infectada de ébola, Teresa Romero
Jesús Sánchez Martos, médico y catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense ha denunciado este viernes que el director general de Atención al Paciente de Madrid, Julio Zarco, y su familia han recibido graves amenazas por el sacrificio de Excálibur, el perro de la enfermera contagiada de ébola.
El catedrático de la Complutense, que mantiene una estrecha amistad con Zarco, ha expresado que el director de Atención al Paciente fue un «mero transmisor» de las órdenes dictadas por las autoridades sanitarias y ha lamentado que por este hecho, tanto él como su familia sean amenazados hasta el punto de que la hija fue agredida físicamente hace días en la Universidad Rey Juan Carlos.
En declaraciones a Efe, Sánchez ha explicado que ha decidido «sacar a luz los hechos» debido a la gravedad de las amenazas que ha recibido la familia de Zarco, que fue el encargado de transmitirle a Javier Limón, el marido de Teresa Romero, que el animal debía ser sacrificado para evitar cualquier tipo de contagio.
El perro de la auxiliar de enfermería que permanece ingresada en el Hospital Carlos III fue sacrificado el día 8 de octubre, después de que las autoridades sanitarias decidieran que no había más remedio, lo que provocó una fuerte polémica en medios y redes sociales, así como protestas convocadas por plataformas en varias ciudades españolas.
Escoltado
Sánchez Martos ha asegurado que su amigo Zarco en ocasiones tiene que llevar escolta y que ni siquiera ha podido desempeñar con regularidad sus labores profesionales, ya que figuraba como conferenciante en un congreso de enfermedades raras que se celebra esta semana en el Hospital Ramón y Cajal y no intervino «por motivos de seguridad».
Sobre la decisión de sacrificar al perro Excalibur, el catedrático y experto en medicina se ha mostrado en contra por «razones de sentimentalismo», pero también por motivos científicos, ya que cree que las autoridades deberían haberle puesto en cuarentena «para que pudiera aportar información» médica sobre el ébola, como se hizo con el can «Bentley» en EE.UU.
sevilla.abc.es
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