Margareth Howe Lovatt fue una especialista en fauna marina que se atrevió a copular con uno de los animales más inteligentes del mundo.
Todo ocurrió en el delfinario fundado por la Nasa en las Islas Vírgenes, Estados Unidos, cuando en 1963, en el marco de una investigación científica, Margaret tuvo un encuentro muy cercano con los animales que no se había animado a revelar hasta ahora.
“Fue con un delfín joven llamado Peter, que apenas estaba entrando en la adolescencia”, explicó.
Además, señaló que antes de tener intimidad con el delfín, primero hubo contacto físico previo para ver cómo reaccionaba. “A Peter le gustaba estar conmigo, se frotaba contra mi rodilla, pie o la mano. Para mí no era una situación incómoda”, explicó.
Para finalizar, indicó que a pesar de la dureza de la piel del delfín, fue una experiencia tan única que aún no encuentra palabras para describirla.
De todos los acontecimientos extraños y maravillosos de la década de 1960, pocos son tan extraño como un experimento que se llevó a cabo en las Islas Vírgenes de Estados Unidos en 1965.
Durante diez semanas en una encantadora villa en la isla de St Thomas, con vistas al Caribe, el Dr. John C. Lilly, un neurólogo, trató de enseñar a un delfín de seis años de edad para hablar Inglés.
Su asistente, Margaret Howe, una local de las Islas Vírgenes, viviría, día y noche, con Peter, un delfín mular. Y que comerían, bañarían, dormirían y jugarían juntos en completo aislamiento.
Lo que nadie predijo es que Pedro el delfín daría un paso más allá. No llegó muy lejos con su Inglés, pero se enamoro - el amor sexual y romántica - de su maestra.
Y la próxima semana, después de casi cinco décadas de silencio de Margaret Howe, en un documental de la BBC le contara toda la historia.
En el momento del experimento, el Dr. Lilly ya había escrito un best-seller de 1961, El hombre y el delfín, alegando los cerebros de los delfines eran un 40 por ciento más grande que el nuestro y que, como nosotros, los delfines temblaron ante el dolor y podía controlar su ira. Lo que es más, creía, eran capaces de entender el lenguaje humano.
Los preparativos para el experimento financiado por la NASA sobre la "capacidad" de los delfines de hablar 'eran extensos. En primer lugar, el Dr. Lilly tuvo la villa - Dolphin House - inundado con agua de mar.
fuente: s21.com.gt, dailymail.co.uk
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