La ballena de unos 30 metros nadaba tranquilamente en Freshwater, playa australiana cuando coincidió con este grupo de surfistas. Ellos no se asustaron a pesar de las dimensiones impresionantes del cetáceo que cabeceo suavemente, con delicadeza sin inmutarse por los intrusos. Fue un encuentro feliz, sin contratiempos, aunque pudo resultar una imprudencia de los humanos con sus frágiles tablas a los que pudo más la curiosidad de disfrutar del espectáculo. El vídeo fue realizado por un helicóptero de una televisión de Sidney, que recorre las playas en busca de imágenes como estas, frecuentes en estas aguas.
fuente: telecinco.es
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