Los héroes de la jornada de ayer, Manuel Ribeiro con su perra “Lúa”, que hallaron a la mujer emilio moldes
BENI YÁÑEZ VILANOVA | Actualizado 12 Julio 2014 - Final afortunado. Ángela Borrageiros Serantes, “Angelita”, de 87 años, desaparecida de su casa de Tremoedo (Vilanova de Arousa) en la tarde del pasado lunes, fue encontrada ayer con vida y en buen estado de salud en el día en que la Guardia Civil desactivaba el protocolo para su búsqueda en el terreno.
Después de un jueves de intenso rastreo de todos los cuerpos de seguridad y cerca de 200 vecinos peinando el monte, la mujer fue hallada en la mañana del viernes a escasos metros de un núcleo de viviendas en Cortiñas, Corvillón (Cambados) y gracias al entendimiento entre una pequeña perra podenca y su dueño, el vecino Manuel Ribeiro.
El hombre había soltado hacia las diez de la mañana a la pequeña “Lúa” para que fuera a dar un acostumbrado paseo por los alrededores de una zona forestal. Pasados unos minutos, como cada día, Manuel Ribeiro llamó por la perra para que regresase a casa, pero esta se quedó quieta y lo miraba desde el inicio de una pista forestal “e non respondía ás miñas chamadas. Entón fun eu cara ela, pero marchaba e volvíase para mirar para min cada pouco”.
Manuel Ribeiro supo, probablemente, leer que el animal quería transmitirle que algo anormal ocurría en aquella dirección, así que siguió al can. “Lúa” ya no se detuvo más que a los pies de la anciana, tendida a escasos 200 metros de la carretera, en una pequeña pendiente de un camino. “A muller asustouse un pouco polo can, pero díxenlle ‘non teña medo que non lle fai nada’”, explicaba el vecino. La mujer, consciente, empezó preguntándole: “Quen es?”. “Non se preocupe, que son de aquí, non teña medo”, le replicó el hombre. Ángela Borrageiros, desorientada y cansada por casi cuatro días de permanencia a la intemperie, solo acertó a decirle a continuación que no se preocupase, “que ela xa iba para a casa”.
No obstante, el vecino reparó enseguida en que “levaba a roupa manchada” y, casi al instante unió cabos y la identificó con la imagen que ya había visto días atrás en una de las fotografías que se habían publicado para facilitar la búsqueda de la desaparecida.
Así que intentó calmar a la anciana y ofrecerle su ayuda. “Axudeina a levantarse e viñemos camiñando ata a carretera e aquí arriba collina porque xa se me iba”, relataba, al sufrir “Angelita” una especie de desmayo.
Rápidamente la sentaron en casa y avisaron a la Guardia Civil y a la familia, aunque con los nervios del momento, no eran capaces de localizar los teléfonos: “Non se preocupe que o número seino eu”, replicó la recién rescatada.
“Dixémoslle se quería algo de comer e dixo que non. Si nos aceptou un vaso de auga, pero aínda dixo ‘non podo beber moito, que teño mal a garganta’”, añadía Ribeiro aún sorprendido por la entereza e incluso “bo humor” de la mujer después de casi cuatro jornadas deambulando sola por el monte.
Al hospital, por seguridad
Poco antes de las once de la mañana llegaron los primeros familiares, visiblemente alterados por la aparición de la mujer en buen estado de salud.
Hubo abrazos y momentos muy emotivos, mientras crecía la expectación en el entorno. Una ambulancia de Protección Civil trasladó a la mujer al Hospital do Salnés, con la intención de hacer una revisión médica, más teniendo en cuenta que la octogenaria, enferma, llevaba varios días sin tomar medicación alguna.
En principio, todo está bien. En una primera y apresurada exploración en el punto solo descubrieron algunas rozaduras y golpes en barbilla y rodillas, pero nada que hiciese temer por su vida. “Un milagre”, se escuchaba una y otra vez entre familiares, amigos y vecinos.
La familia se deshizo en agradecimientos, tanto al vecino que la encontró como al resto de su familia; a todos los vecinos que participaron en las labores de búsqueda y a las emergencias y fuerzas de seguridad. De todos se acordaron en esos momentos, mientras la noticia corría rápida por los alrededores, acercando cada vez a un mayor número de curiosos.
También hubo atenciones para la pequeña perra “Lúa”, que seguía atenta aunque algo asustadiza el ajetreo de aquella mañana en los alrededores de la casa de sus dueños.
El propio Manuel Ribeiro había participado en la tarde anterior (jueves) en el operativo de búsqueda de la mujer, sin resultados. “Esta misma mañá (por ayer) viña de tomar un café e viña pensando: ‘Esa mulleriña. Pero non a darei atopado? E vin atopala aquí’”, valoraba todavía emocionado. “A sensación é algo indescriptible, porque ademais, á miña avoa tamén pasou por iso”, recordaba ayer.
La hazaña de Manuel Ribeiro y su pequeña mascota vino a poner punto y final a un gran operativo en el que participaron durante jornadas maratonianas familiares, vecinos, dotaciones de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil de Vilanova, Cambados, Vilagarcía, Ribadumia, Meis, Caldas y Portas, entre otros.
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