Dos personas fueron detenidas por ser los autores supuestos de un intento de ahorcamiento de un perro. Vecinos de Linares que paseaban por la Vía Verde de las Minas, en la zona del Pozo San Vicente, fueron alertados, el jueves, por la presencia de un turismo aparcado en las inmediaciones de aquel lugar. El espacio está habilitado para el paso de viandantes y ciclistas, de ahí que surgiera cierta extrañeza entre los usuarios el hecho de ver el vehículo. Sin dudarlo, un vecino dio aviso a la Policía Local y, minutos después, agentes de la patrulla motorizada “Halcón” se personaron en el lugar. El anónimo aviso fue un completo acierto, ya que dos individuos linarenses, de unos 30 años de edad, fueron sorprendidos mientras se disponían a ahorcar a un perro, en la cabria del histórico pozo minero.
La cuerda empleada como soga ya rodeaba y apretaba el cuello del indefenso animal cuando intervinieron los agentes policiales, cuya presteza y rapidez permitieron rescatarlo del agónico suceso y detener a los presuntos autores del maltrato. Los dos hombres fueron trasladados a la Comisaría de la Policía Nacional y puestos a disposición judicial por la violenta acción. La víctima, un can mestizo de varias razas de presa y de, aproximadamente, un año y medio de edad, fue trasladado, de inmediato, a una centro veterinario para ser intervenido de sus heridas. “El animal es bastante joven, de carácter sumiso y muy tranquilo, y presentaba un estado general de bastante delgadez, como si estuviera desnutrido, aunque de aspecto limpio. Sus lesiones eran compatibles con un ahorcamiento, ya que vino muy congestionado por ello. Todavía se le notan las heridas en el cuello, pero se está recuperando porque le pusimos antiinflamatorios y permanece en observación, pero estable”, explicó el profesional que lo atendió.
El perro continúa reponiéndose del duro episodio sufrido, a la espera de ser dado de alta por los veterinarios de la clínica linarense donde fue atendido de urgencia.En principio, se producirá en las próximas horas. A partir de ese momento, su custodia pasará a la Protectora de Animales Arconatura, cuyos voluntarios se harán cargo del animal, en su albergue de acogida, para velar por su salud y tratar de conseguir su plena recuperación y bienestar.
Sucesos violentos como este vuelven a encender las alarmas acerca del maltrato animal en la ciudad, una práctica considerada ya como delito que puede entrañar, según la gravedad de los casos, penas económicas e, incluso, de prisión. Así, colectivos como Arconatura se mantienen firmes en su posición de repulsa y rechazo a estas prácticas, de tal forma que permanecen “alerta” ante este tipo de situaciones peligrosas para la vida de los animales.
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