El municipio de Deán Funes estableció días atrás restricciones para la presencia de perros en la calle y espacios públicos.
El municipio de Deán Funes estableció días atrás restricciones para la presencia de perros en la calle y espacios públicos.
El municipio adhirió a ley provincial 9.685, de tenencia de mascotas y sumó una nueva norma local que prohíbe que los canes “deambulen sueltos en la vía pública y en lugares de uso público no habilitados para tal fin”. También “prohíbe dejar las deposiciones fecales de las mascotas en los espacios públicos”, siendo sus dueños o tenedores los responsables de recogerlas”.
No admite además la entrada y permanencia de animales en transporte colectivo, sitios de venta o manipulación de alimentos, locales de espectáculos deportivos y culturales, con excepción de aquellos canes que protagonizan dichos eventos y de los perros–guía que acompañen a no videntes.
Mientras, el tránsito de perros domésticos en la vía pública sólo se permitirá “mediante el empleo de correa y collar”.
Para el caso de razas peligrosas, además se les exige bozal colocado. Entre esas razas, identifica al doberman, dogo, mastín napolitano, ovejero alemán, rottweiler y otros.
“Los dueños o tenedores serán pasibles de sanciones, en caso de incumplimiento”, marca la ordenanza, y fija las multas por infracciones de 200 a 1.000 pesos, según los casos.
En esta ciudad del norte cordobés, la duda es si será de aplicación y control efectivo, o si como ocurre con otras tantas ordenanzas en muchas ciudades, quedará sólo como una aspiración no cumplida.
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