Encuentran una explicación al curioso comportamiento de estos roedores, que se parece al movimiento contagioso de los aficionados en un estadio
Probablemente haya sido testigo alguna vez de cómo los espectadores hacen la ola en un estadio de fútbol.
Primero se levanta uno y le siguen rápidamente todos los demás. Aunque parezca increíble, esta costumbre también existe en la naturaleza. Es una práctica habitual entre los perritos de la pradera de cola negra (Cynomys ludovicianus).
Estos roedores de las Grandes Llanuras de Norteamérica dedican la mayor parte de su tiempo a buscar comida y a protegerse de los depredadores pero, de vez en cuando, uno de ellos hace algo extraño: se levanta sobre sus patas traseras y salta en el aire mientras suelta un característico chillido.
El gesto es imitado por los compañeros que tenga más cerca (mira el vídeo sobre estas líneas). Lejos de manifestar su entusiasmo por los colores de algún equipo, los biólogos de la Universidad de Manitoba (Canadá) creen que se trata una especie desistema de alerta.
Según publican en la revista Proceedings of the Royal Society B, los perritos de la pradera hacen estos saltos para asegurarse de que sus compañeros prestan atención a su entorno y se mantienenvigilantes ante la presencia de depredadores en los alrededores. Si el acto se repite mucho, significa que el grupo está alerta y es digno de confianza, por lo que pueden relajarse un poco, dedicarse más a buscar comida y perder menos tiempo oteando el horizonte en busca de enemigos al acecho como coyotes o halcones.
«Teoría de la mente»
Anteriormente, este comportamiento había sido considerado como una señal de «fuera de peligro», pero la nueva investigación indica que ese no es el caso. Los investigadores llegaron a esta conclusión tras observar 16 colonias de perritos de las praderas durante meses. Los científicos creen que este proceso de toma de decisiones sugiere que los perritos pueden tener una especie de rudimentaria «teoría de la mente», y que este conocimiento básico de los estados mentales de sus compañeros puede ser crucial para su supervivencia.
«Esto encaja perfectamente con el trabajo sobre los primates, incluidos los humanos, lo que sugiere que los actos contagiosos -como bostezar- proporcionan una ventana a la mente de los demás», explica James Hare, autor del estudio. «Los perros de la pradera se dedican menos a buscar comida cuando sus compañeros son menos sensibles a copiar su salto, lo que sugiere que lo utilizan para investigar activamente el conocimiento de sus vecinos».
fuente:BBC
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