México,D.F.- Cuando José Adrián López Vázquez tenía 8 años comenzó a cuestionarse por qué en la calle había tantas mascotas abandonadas y nadie les prestaba atención. Desde entonces hasta hoy, que tiene 10 años, se ha dedicado a rescatar perros y buscarles un hogar mediante un programa de adopción que él mismo coordina.
“Siempre pensé que ellos no podían hablar y decir que estaban sufriendo”, mencionó.
Adrián es apoyado por sus padres y otras cuatro personas en su labor en beneficio de los animales, quienes aportan sus casas como hogar temporal mientras se resuelven las adopciones, y cooperan entre sí para solventar los gastos del veterinario.
Mónica Vázquez, mamá de Adrián, dijo que la acción realizada por su hijo comenzó cuando le planteó la posibilidad de comprarle un cachorro.
“Cuando yo le dije que le iba a comprar un perro él me dijo: ‘no mamá, en la calle hay muchos animalitos. Mejor vamos a adoptar’ y de ahí empezó. Veía un perrito en la calle y se lo traía a la casa”, relató.
Adrián comentó que luego de recoger a los perros el procedimiento es bañarlos, vacunarlos, esterilizarlos y difundir la foto del animal en las redes sociales para que quien se interese en adoptar los contacte.
“Tratamos de que sea lo más rápido posible. Si a la persona le interesa y cumple con los requisitos la adopción se puede resolver en un día”, dijo la madre de Adrián.
Vázquez comentó que, pese a que nunca fue pro animales, la labor emprendida por su hijo le ha dado una lección de respeto hacia estas criaturas.
Sin embargo, el hecho de ser una agrupación independiente y carecer de donativos, en varias ocasiones los ha hecho pensar en desistir.
“Yo a veces le digo a mi hijo: ‘ya te vas a salir’, pero él me dice ‘no mamá, es muy bonita labor’ y no puedo dejar de apoyarlo, tampoco lo quiero ver sufriendo”, añadió Mónica.
La casa de Adrián desde hace dos años ha sido el refugio de los animales que el menor rescata de la calle. La fachada es como cualquier otro hogar de una familia integrada por papá, mamá e hijo.
Pero al entrar los primeros en recibir a las visitas son los cachorros que resguarda la familia de Adrián mientras encuentran un dueño que se haga cargo de su cuidado.
“Al principio era un perro al mes. Pero después fueron más y llegamos a tener hasta 14 perros en la casa”, dijo Mónica.
El pequeño activista mencionó que por su casa han desfilado perros con sarna, sin ojos, sin patas o desnutridos, pero eso no ha sido impedimento para sanarlos y encontrarles un hogar.
La madre del menor comentó que para cubrir los gastos veterinarios de los animales que rescatan, entre los seis adultos que integran la agrupación se cooperan para solventarlos.
“Hay dos veterinarios que ahorita nos ayudan cobrándonos nada más el material. Adrián de lo que le dan sus abuelos ahorra y cuando se presenta un imprevisto también nos da dinero, él también aporta mucho económicamente”, dijo.
Vázquez agregó que actualmente tienen cerca de 20 perros disponibles para adoptar, los cuales están repartidos entre su casa y los hogares de las otras cuatro personas que asisten a Adrián en su labor de rescate.
“Nosotros le ayudamos y llevamos cosas que un niño no puede, como papelería de las adopciones o cosas así. Pero en sí es él quien mueve los casos. No batalla para encontrarle casa a los perros, como que tiene ángel”, recalcó la madre.
Mientras acariciaba a uno de los perros que había rescatado, Adrián dijo que él, acompañado de sus padres, visita la casa de quien pretende adoptar un animal para verificar las condiciones en las que vivirá e incluso realiza visitas sorpresa para inspeccionar la calidad de vida que está recibiendo el perro una vez que fue entregado.
Mónica comentó que una vez que se autoriza la adopción se firma un contrato con especificaciones que los mismos integrantes del grupo interpusieron.
En caso de visitar al animal y de no estar cumpliendo con las especificaciones del contrato, el adoptante debe regresarlo o pagar una penalización de mil 500 pesos.
Vázquez dijo que en la mayoría de los casos las personas prefieren regresar al perro en lugar de pagar la penalización.
“Nosotros no somos abogados, todos tenemos distintas profesiones. Pero la persona sabe que si nos firma podemos hacer efectivo ese contrato”, argumentó.
Entre las especificaciones que aborda el contrato establecido por la agrupación están el brindar alimento y cuidado al animal, permitir las revisiones esporádicas y no dedicarlos a peleas callejeras.
Daniel Sánchez, padre del menor, comentó que Adrián le ha enseñado lo que es la humildad y la sencillez hacia sus semejantes.
“A mí me toca limpiar el desecho de los animalitos y estar ahí cuando vamos a verificar una casa para que no lo vean solo, ya que es un niño”, dijo.
Mediante la página en Facebook “Huellitas de Juárez” la agrupación sube las fotos de los perros que se encuentran en adopción y de aquellos que son candidatos para apadrinarse.
Esto se refiere a que cuando un perro necesita un procedimiento que la agrupación no alcanza a solventar, piden la cooperación de la ciudadanía para pagar los gastos.
Para las personas que desean adoptar, Mónica dijo que cobran una cuota de recuperación de 350 pesos.
Mientras tanto, Adrián dijo que cada vez que entrega un perro en adopción siente una gran satisfacción de saber que es un animal menos en la calle.
Enfatizó que continuará con su labor de rescate y que uno de sus objetivos es poner su propio hospital donde pueda esterilizar y brindar atención a los animales.
zocalo.com.mx
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