Adrián Sambueza recibió hace tres meses un regalo de su amigo: un chancho con el fin de que sea sacrificado para consumo. No lo hizo en ese momento y lo llamativo es que ahora el cerdo pasea por las calles de la ciudad de Neuquén.
Sambueza ahora tiene dos mascotas: un cerdo de tres meses y una perra rottweiller de cinco años. Ambos animales se llevan muy bien y suelen escaparse del lavadero de su dueño, ubicado sobre la calle Tartagal, para ir pasear por la avenida Olascoaga, según detalla el diario La Mañana de Neuquén.
Varios personas que transitan por la zona se sorprenden al ver al chancho, que se llama "Charly", caminando por la calle. Los vecinos, no obstante, se encariñaron con el animal y colaboran para cuidarlo.
"Sé que no puedo tenerlo acá por ordenanza municipal. Una señora hasta me denunció, pero debo reconocer que la mayoría de los vecinos se encariñaron con Charly, lo cuidan por mí cuando se me escapa para ir comer pasto a la Avenida Olascoaga", detalló Sambueza, dueño de un lavadero de autos.
El cerdo fue entregado por un amigo de Sambueza que se dedica a la crianza de animales de granja. La intención era que el animal sea sacrificado.
"Lamentablemente me lo voy a tener que comer antes de que se lo coma otro. Es más, zafó este fin de semana, que fue mi cumpleaños. El tema es que no puedo tenerlo acá pero tampoco en mi casa. No es una mascota, este va a ser enorme", dijo.
El hombre vive con su familia en un departamento del barrio Parque Industrial y no cuenta con un predio alejado del centro de la ciudad para criarlo. Se trata de un cerdo que puede llegar a pesar 300 kilogramos en su etapa adulta.
Según Sambueza, los vecinos se encariñaron con el cerdo. Incluso algunos le dicen "Babe", como el de la película del "Chanchito valiente", y otros simplemente "Charly", contó el hombre.
Algunos vecinos indicaron que la semana pasada un hombre intentó ingresar y llevarse el cerdo en un descuido de la perra, que se llama "Lola".
Los vecinos le piden a Sambueza que no sacrifique a "Charly". Incluso varias personas le llavan verduras al animal.
Por el momento, Sambueza no ve otro destino posible que no sea el matadero de Colonia Nueva Esperanza. "Este es el momento justo porque será mucho más grande, más pesado y la verdad es que no quiero tener problemas con nadie", sostuvo el hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario