Stella Vilchez mandó el viernes a sus dos perros a una veterinaria de Loma Hermosa, localidad de la provincia de Buenos Aires, para que los bañaran y los pelaran. Pero el veterinario, junto a otras dos personas, le entregó a uno de los animales con suero y en un estado deplorable. Tras unas horas de agonía, la mascota murió.
Cerca de las 16 del viernes, un empleado de la veterinaria "Balbín", ubicada en la ciudad de Loma Hermosa, fue a la casa de Stella a buscar a Bruno y a Monona, dos perros chow chow. La mujer le pidió que los bañaran y pelaran.
Desde la veterinaria indicaron que alrededor de las 20 iban a llevarle nuevamente a los animales. Sin embargo, a esa hora no fueron entregados. Tras una larga espera, cerca de las 22, se hicieron presentes tres personas: el veterinario, Horacio Reynoso, y dos empleados del local.
Ante todo, los miembros de la veterinaria le entregaron a Monona, la perra que tiene 5 años. Luego, le dieron una factura y le cobraron por el servicio. Por último, le dijeron que habían tenido un problema con Bruno, el chow chow de 7 años.
Tras esas palabras, le entregaron al perro, que "estaba con un suero y en estado crítico", según comentó la dueña del animal a minutouno.com.
"Me dijeron que el perro se dio la cabeza contra la pared y quedó inconsciente. Pero lo revisé en la cabeza y en todo el cuerpo y no tenía nada", contó Stella. "Estoy segura que lo anestesiaron y se pasaron con la dosis", manifestó.
Tras agonizar, el perro finalmente falleció durante la madrugada. "Se murió entre mis brazos", dijo Stella.
"Me mataron a Bruno, que era como un hijo para mí. Llegó a casa cuando tenía apenas cuatro meses", agregó la dueña de los animales.
Desde que el animal se murió, Rodrigo, hijo de Stella, está "muy triste", según relató la mujer.
Tras lo ocurrido, Stella se presentó en una comisaría local y denunció a la persona que retiró en su casa a los dos animales. "Voy a denunciar también al veterinario", contó.
Luego de publicar lo sucedido en Facebook, la dueña de los animales se enteró que cerca de ochenta personas habían tenido problemas con sus animales en esa misma veterinaria.
Ante la situación, varias personas hicieron el lunes una marcha y escracharon al veterinario. "Cuando fuimos a la veterinaria, Reynoso se reía. Me dijo que si quería me conseguía un cachorro", detalló.
"Quiero que este caso sea difundido y que, además, le quiten la matrícula al veterinario", expresó Stella.
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