FALTA DE VOLUNTARIOS EN LAS PROTECTORAS
Aparte de la crisis, que ha incrementado la situación de peligro de las mascotas, las protectoras de animales vascas se enfrentan un año más a su reto del verano: la falta de personal voluntario
UN REPORTAJE DE RUBÉN OLVEIRA ARAUJO - Viernes, 1 de Agosto de 2014
A veces las carantoñas y los mimos no son suficiente. En 2011 se abandonaron 7.700 perros y gatos en Euskadi según la Fundación Affinity, un 4,6% más que en 2010, y con la crisis se estima que la cifra se ha disparado. Las camadas no deseadas, la pérdida de interés por la mascota y la carga económica que suponen son los principales motivos. Ante este panorama, protectoras de animales como Felinos Bilbao, una asociación que trabaja con los ayuntamientos de Bilbao, Portugalete y del Valle de Trapaga con un total de 350 mininos a su cargo, se sienten “desbordadas”.
“La superpoblación de gatos es la consecuencia directa de una política de esterilización que no existe”, informa Patricia Millán, miembro de Felinos Bilbao. Con 31 años, es voluntaria desde hace tres y, además de cuidar a Bastet y Coda, sus dos gatas, también colabora como casa de acogida y acudiendo al refugio. “Verano es para nosotros la peor época del año”, asegura Patricia. La razón, explica, es que la gente se anima más con el curso escolar y, para la época estival, apenas quedan las habituales. Esto se materializa en más trabajo: “Doblamos o triplicamos turnos para que nuestras compañeras puedan irse de vacaciones”.
Además, confirma que la crisis les ha afectado mucho. Un claro ejemplo sería el caso de Odesa, una gata de avanzada edad y con sobrepeso que fue abandonada por el coste de la medicación que requería. “La gente ya no quiere gastar dinero en sus mascotas”. En definitiva, menos adopciones, gatos adultos abandonados, gente que apadrinaba y ahora no, más camadas debido al coste de la esterilización, etc.
“Lo ideal sería que este sitio no existiera”, confiesa Patricia. Después de todo, afirma que las crías no crecen tanto al permanecer en las jaulas y que los gatos suelen ser más torpes y tener problemas para sociabilizarse. Sin embargo, también considera que es la mejor opción que hay en la actualidad dada la situación.
Entre otras cosas, Patricia denuncia actividades como la desungulación -extracción de las uñas- de los gatos, arguyendo que, además de ser una “salvajada”, esta práctica trae consigo infecciones, pérdida de equilibrio o incapacidad para defenderse. Asimismo, asegura que la esterilización “ahorra problemas de salud, resulta más económico y evita camadas indeseadas que posiblemente acaben luego en la basura”. Y también se muestra crítica con las tiendas de animales y la cría indiscriminada que traen consigo. “¿Cómo voy a pagar por un animal si hay 4.000 por ahí tirados?”
En lo que va de año, Felinos Bilbao ha conseguido que se adopten 150 mininos. “Los gatos de protectoras lo agradecen muchísimo porque saben lo que es estar en la calle”, asegura Patricia. Los buenos momentos son cuando ven fotos de adoptados en perfectas condiciones; “los malos, cuando se mueren”. Pero no se desmorona. “Se me ha muerto uno, pero me quedan 349”.
DE GATOS A PERROS
Puppy Bilbao es otra protectora de animales que trabaja en Bilbao, Portugalete y el Valle de Trapaga, en su caso, con aquellos mejores amigos del hombre que en ocasiones no son correspondidos: los perros. Shiva Sánchez, de 44 años, es una de las fundadoras de esta asociación. Nube y Moos son sus mascotas, pero no los únicos animales en su vida. Cada día, Shiva sube a la perrera de Artxanda a pasear a los 50 perros que están allí. “Con cuatro monos no se puede hacer en condiciones, pero lo intentamos”. En la actualidad, Puppy Bilbao cuenta con 100 animales a su cargo entre la perrera, una residencia y las casas de acogida.
Shiva incide, al igual que Patricia, en que la cría sin control es el principal problema con la superpoblación de animales domésticos. “Hace poco cogimos 6 cachorros recién nacidos, con el cordón umbilical, en la basura, y lo peor es que no es algo excepcional”. Para evitar estos casos, asegura que la solución son campañas de esterilización gratuitas, pues muchos dueños no están dispuestos a pagar los 400€ que cuesta por su cuenta. Además, sacrificar un animal vale alrededor de 70€. De ahí que tantos dueños prefieran abandonarlos. “Entretanto, la única opción preventiva es castrar”.
Esta voluntaria también critica la falta de control que hay con los microchips que los perros deben llevar. “La vacunación es optativa, y en Bizkaia incluso la rabia, pero el microchip es obligatorio desde el mes de vida o de adquisición”, asegura. Asimismo, explica que a la hora de entregar los animales son estrictos. “El perro tiene que compaginar con su dueño y este ha de firmar un contrato en el que se compromete a cuidar bien de él”. Después de todo, además del tema de la cría, otro gran problema es el maltrato, en el que, según Shiva, las mascotas están completamente desprotegidas. “La última vez que alguien robó en la perrera tuve que encontrar yo al ladrón y, después, llamar a la policía”.
Aun así, gracias tanto a la labor de Felinos Bilbao como de Puppy, Shiva comenta que en las localidades que actúan no se sacrifican animales en la perrera salvo por enfermedad grave. “Sigue existiendo la ley de matar a un perro al de 30 días si no es recuperado por el dueño, pero aquí no se aplica mientras nosotros estemos”. Para que esta condición pueda seguir siendo viable, Shiva pide a la sociedad que se conciencie antes de comprar una mascota: “Un perro es como un hijo; ¿si sale malo vas a matar al niño?”
FAUNA SALVAJE
No obstante, los animales domésticos no son los únicos que están en peligro. Basondo es un refugio de la fauna local situado en Urdaibai. Nerea Larrabe, de 46 años, se encarga de la administración y del proyecto educativo del centro. “Gran parte de los especímenes que cuidamos son irrecuperables”, asegura. También tienen animales domésticos, como cabras, conejos o gallinas, y alguno que otro más exóticos, como iguanas, boas o pitones. En total, más de cien.
“Nuestro objetivo es dar a conocer nuestra fauna y flora con el fin de convivir en equilibrio con la naturaleza”, manifiesta Nerea. En estos momentos, entre “los mil proyectos” que llevan adelante, se encuentran inmersos en la reorganización de los rapaces: “Son animales de una belleza sin igual y que en Euskadi admiran mucho”.
Voluntarios en el refugio, casas de acogida, padrinos, etc., son solo varias de las maneras de ayudar a aquellos animales abandonados o malheridos que no pueden valerse por sí mismos. Para Patricia y Shiva, este es el granito de arena que aportan para combatir un mundo repleto de injusticias. Aunque, como afirman, con su tarea no basta: “Lo único que puede resolver esta situación es que la sociedad se conciencie y respete los derechos de los animales”.
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