Vecinos solidarios permiten a Tom volver con su dueña
La solidaridad y el amor por los animales se juntaron el lunes por la noche durante el rescate de un perro del medio de una laguna ubicada en Moreno al 2100. Un grupo de al menos seis personas colaboró para que el pequeño Tom pudiera llegar a los brazos de su desesperada dueña, Marta Ávila.
El rescate se realizó en plena noche, con un kayak y sin más intención que la de ayudar. Los colaboradores pertenecen a la Fundación Pequeñas Huellitas.
Según relató Cintia Berri Solá, presidenta de Pequeñas Huellitas, todo comenzó cerca de las 21.30 del lunes. “Marta Ávila me llamó desesperada y me dice que su perro estaba en una islita, en medio de la laguna”, contó la mujer en su cuenta de Facebook, donde canaliza un sinnúmero de pedidos solidarios relacionados a animales.
Pese a la peligrosa situación que describía la dueña del perro, Berri Solá no tenía los medios para ayudarla. Al menos, eso creía.
“Consulté en el grupo de la Fundación y una de las chicas me hizo acordar que Marianela, otra de las chicas de la Fundación, tiene un kayak. La llame y me dijo que sí”, continuó el relato en la red social, con el kayak, por la hora y por el mal tiempo que amenazaba, la presidenta de Pequeñas Huellitas todavía necesitaba más colaboración. “Pensé en Mario Burgos, Ceci Sansó y Marianela Ripoll Torres. Les pregunté si se animaban a ir en ese momento y no dudaron, respondieron que sí”, contó.
El rescate
Con ayuda de varias personas, Burgos, Sansó y Ripoll Torres llegaron hasta la laguna. Se pusieron salvavidas y comenzaron a remar. En la orilla quedó la dueña, desesperada, y otro grupo de gente que se juntó.
El kayak con los tres valientes se perdió en medio de la oscuridad. El olor putrefacto del lugar, era difícil de soportar incluso para quienes se quedaron esperando.
Tardaron, costó, pero lograron llegar hasta la “isla” en medio de la laguna y Tom, el perrito atrapado, no dudó. Saltó dentro del kayak y se entregó en brazos de los desconocidos, muy asustado.
“Los chicos remaban muy lento y nos costó mucho volver por la oscuridad y la cantidad de camalotes, pero Tom ni se movía”, contó Sansó, que por haber subido en el medio en el kayak, fue la que recibió al perro.
Los tres voluntarios terminaron sucios de barro, mojados, pero felices. “Me siento inmensamente agradecida del grupo que conformo y estoy orgullosa por lo valiente que son”, celebró Berri Solá.
La presidenta de Pequeñas Huellitas compartió en Facebook 36 fotos del rescate, una de ella del momento en que Tom volvió a brazos de Marta. ¡Valió la pena el esfuerzo!
Fomentan la castración
Los miembros de Pequeñas Huellitas recalcaron que el rescate de Tom fue algo extraordinario, y que la Fundación apunta a fomentar la castración de mascotas, para instaurar una conciencia de reproducción responsable y evitar así la proliferación de animales domésticos en situación de calle.
Con tal fin, la Fundación realiza rifas, ferias de garaje, venta de comidas y todo tipo de actividades para recaudar fondos. Los “protectores”, como se hacen llamar los miembros, no cobran ni lucran con la actividad.
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