El Seprona, que busca a la dueña, intervino en la vivienda, de la calle Brasil, por orden judicial tras la denuncia de los vecinos por ruidos y olores. Los animales estaban atados
Agentes del Seprona de la Guardia Civil, acompañados por la Protectora de Animales de Vigo, intervinieron en la mañana de ayer, por orden del Juzgado de Instrucción 5, en el primer piso de un edificio situado en el número 43 de la calle Brasil. La denuncia de los vecinos, por los olores procedentes del patio de luces y los ruidos de los perros, pusieron en marcha un operativo judicial que acabó en intervención tras la falta de respuesta de la propietaria e inquilina de la vivienda ante las numerosas notificaciones del juzgado.
A media mañana, los agentes del Seprona llamaban al primer piso sin obtener respuesta por lo que tuvieron que dar aviso a los bomberos, quienes tuvieron que forzar la puerta de entrada, que estaba cerrada con llave y curiosamente, con la cadena de seguridad echada.
En el interior de la casa, que presentaba, según los intervinientes, un aspecto sucio, descuidado y con acumulación de basura, no se encontraba la propietaria y en el patio de la vivienda, estaban los seis perros, todos pequeños, atados con trozos de cadena, bajo un techo de uralita. Junto a ellos dos jaulas, una con un loro y otra con una cacatúa.
Los agentes del Seprona aseguraron que los animales no estaban en las mejores condiciones por lo que un miembro de la Protectora de Animales los recogió para su traslado a las instalaciones de A Madroa. Según explicó, “en principio, los perros están sucios pero aunque hay que examinarlos parece que fueron alimentados no hace mucho”.
La dueña, que no había sido localizada durante la mañana, tiene otra vivienda cercana donde reside. “Ella compra en el súper, se lo echa a los animales y se va”, comentaba ayer una vecina.
La ordenanza municipal obliga a las personas que tienen animales domésticos a mantenerlos en las normas de higiene y alimentación adecuada, mientras que la normativa sobre la tenencia de esos animales exige a los propietarios que respeten las normas de conviviencia.
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