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Observó cómo los perros de su vecina se colaban en su finca y decidió poner fin al problema de la peor forma posible. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha imputado a un anciano en Alhama de Murcia por presuntamente colocar cepos para lesionar a los perros de su vecina. Según explica la Benemérita, uno de los canes llegó a quedar atrapado dos días en una de estas trampas, lo que le llevó a perder una pata. El anciano se enfrenta, ahora, a un delito de maltrato animal.Un conflicto vecinal parece ser el detonante de los hechos que han llevado a la imputación de este septuagenario, de nacionalidad española y vecino de Alhama. Según explica el Instituto Armado, el procesado estuvo observando durante varios días cómo los perros de su vecina se colaban en su finca y provocaban daños en el huerto y en las mangueras de su piscina.A raíz de estos hechos, el anciano decidió presuntamente colocar un cepo de caza en sus terrenos. Según sostiene la Guardia Civil, uno de los perros quedó atrapado en esa trampa, donde permaneció dos días hasta que el anciano lo liberó. Estos hechos le generaron al animal lesiones en la extremidad anterior izquierda -fractura de falanges y necrosis de tejidos-, por las que se le tuvo que amputar parte de la pata.La dueña de los perros denunció estos hechos ante el Seprona a finales de agosto y los agentes iniciaron una investigación. No tardaron en comprobar que supuestamente un vecino de la afectada había colocado un cepo en su terreno con el que había lesionado a los animales. Este vecino, de 75 años, fue imputado por un supuesto delito de maltrato animal. Éste se encuentra recogido en el Código Penal y es castigado con penas de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales. La Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad prohibe expresamente el uso de cualquier tipo de cepo.Poco después otro de los canes de la vecina también quedó atrapado por el cepo y sufrió heridas de consideración, aunque en este caso menos graves que el anterior, gracias a que solo estuvo unas horas prendido.
El septuagenario decidió colocar trampas en su finca al ver que los canes se colaban y provocaban daños en su huerto y en la manguera de la piscina
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