Una respuesta ante los sonidos rítmicos es algo común en el ser humano. Escuchar canciones y bailar o mover las manos y pies al son de la melodía se experimenta cotidianamente. Otros animales tienden a comportarse de la misma manera, pero no todos los organismos vivos lo hacen; el porqué es todavía un juego de suposiciones.
Patricia Gray de la Universidad del Norte de Carolina observó en Atlanta a un grupo de bonobos, una especie de chimpancé que comparte más del 98% de su genoma con el hombre. Comenzó a golpear el cristal donde se encontraba Kanzi, uno de los bonobos, y él repitió la acción. Sorprendida, cambió de ritmo y Kanzi lo imitó con sus pies.
El Dr. Edward Large, de la Universidad Atlántica de Florida en Boca Ratón, asegura que el escuchar sonidos musicales suscita una respuesta de casi todas las área del cerebro y sincroniza la parte motriz con el oído, dando como resultado el baile. Por lo tanto, supuso que el bonobo actúa de la misma forma que un niño menor de cuatro años, que es sensible a los ritmos más no los sincroniza hasta después de esta edad. El origen de esta evolución, para el hombre, la explica como parte de un proceso de socialización y la habilidad para interactuar con otros.
Se hicieron pruebas a distintos animales y algunos escuchaban hasta la tonalidad. Sin embargo, nadie sabe por qué no todos los seres vivos han desarrollado la habilidad para "sincronizarse" con el ritmo. La mayoría de los científicos lo relacionan a una limitación vocal o imitación de sonidos, pues creen que la sincronización es resultado de una fraternización y unidad dentro de las especies.
fuente: muyinteresante
No hay comentarios:
Publicar un comentario