En St Helena, isla volcánica del océano Atlántico, en la que en algún momento se exilió Napoleón, vive actualmente Jonathan, ejemplar de una rara especie de tortugas gigantes Seychelles, quien, con sus 182 años, puede ostentar el título del animal vivo más viejo del mundo. Jonathan sobrevivió a ciertas costumbres de viajeros que consideraban a las tortugas como alimento básico, y conoció 39 mandatos de sucesivos gobernadores en estas islas británicas. El primero de ellos fue Hudson Hanisch, quien, en 1880, habría adoptado a Jonathan como mascota. Hay una fotografía que permite confirmar, con un poco de ciencia, su extraordinaria edad: la imagen data de 1882, y en ella se ve a Jonathan habiendo alcanzado ya su tamaño máximo, lo cual implica que por entonces tendría unos 50 años.
Actualmente Jonathan es un personaje reputado y famoso en las islas, a punto tal de que debieron implementarse cuidados especiales para que los turistas que pretenden tomarse fotografías con él no lo perturben ni amenacen su salud, ya bastante deteriorada: está ciego por cataratas, ha perdido el olfato y su pico, suavizado por los años, no le permite encontrar la alimentación adecuada para su organismo, por lo que debe someterse a una dieta que refuerza su nutrición. Para cuando esta suerte de prócer viviente finalmente abandone este mundo, los habitantes de St Helena tienen planeado preservar y exhibir su caparazón, y levantar una estatua de bronce en su honor.
FUENTE E IMAGEN: BBC
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