Esta es la historia de un gato callejero que vivía en las calles de Londres.
No es Londres una ciudad en que haya muchos gatos abandonados, más bien hay pocos, pero el gato amarillo/rojo de la foto era uno de ellos.
James Bowen es un músico callejero de 27 años con un pasado de abuso de drogas y alcohol, que suele tocar su guitarra en los subterráneos londinenses, y en el Covent Garden, uno de los lugares con más encanto y distinción de Londres.
James Bowen vende la revista Big Issue, que es una revista que hacen y venden los indigentes en la calle con el fin de sostenerse y poder encontrar una salida digna a sus situaciones particularmente desvalida.
Pero también los jóvenes disconformes con una sociedad particularmente conservadora como lo es la inglesa.
James encontró a Bob (el lo bautizó así) herido en una pata, asustado y enfermo; sin dudarlo lo llevó a curar y lo cuidó con esmero hasta su total restablecimiento.Bob comenzó a seguirlo a todas partes y se hizo su inseparable compañero.
James es un homeless y el gato Bob también, se formó una pareja que se comprendía y se acompañaba perfectamente.
No es común que a un gato le guste ir de aquí para allá ya que son muy territoriales
pero está claro que Bob es un gatito muy particular.
James comprendió rápidamente que Bob no era sólamente una compañía sino un excelente atractivo para atraer la atención del público, para vender más revistas y recibir más retribuciones por su música.
Los ingleses son particularmente amantes de los gatos, así que esta imagen es muy atractiva para ellos.
Pero no todo han sido buenas experiencias, han vivido innumerables aventuras y sufrido diferentes peligros.
James Bowen decidió escribir una novela "Un gato callejero llamado Bob" contando toda las aventuras vividas junto a Bob desde el 2007 cuando se encontraron hasta ahora
Ha tenido una muy buena recepción por parte del público y es de esperar que ésto ayude a James y a Bob no sólo en lo económico sino también en lo anímico y que ambos puedan superar la situación de calle.
No estamos seguros que en esta simpática y esperanzadora historia, Bob la esté pasando bien y no esté siendo usado solamente para conseguir más ventas, esperemos que esto no sea así, suponemos que los proteccionistas londinenses habrán chequeado su bienestar.
Es esta fotografía la que me hace dudar un poco del bienestar de Bob.
Puede observarse las heridas en la mano de su amigo James, señal que el gatito se está defendiendo de algo.
fuente: taringa.net
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