Thomas, su mejor amigo. Esta mañana se prendió fuego la habitación de Mario Caballo, de 28 años, mientras estaba durmiendo. A pesar de la desesperación por poder salvar algunas pertenencias, su pequeño perro nunca se movió de su lado.
El siniestro se originó minutos antes de las 7 en una vivienda ubicada en calle Rivadavia 3064. Más precisamente, en el colchón de Caballo. Y posiblemente, una estufa de cuarzo haya sido el motivo. Pero la actitud de Thomas, el can, despertó la admiración de los servidores públicos que asistieron al damnificado.
Despertado por el denso humo que salía del colchón, Caballo salió de la casa muy nervioso y volvió a ingresar varias veces para retirar sus cosas y evitar que las llamas las destruyeran. Siguió de la misma manera hasta que arribaron los Bomberos y Defensa Civil, que se hicieron cargo de la situación y comenzaron a suministrarle oxigeno. Thomas, mientras tanto, no se movía del lugar. Seguía al lado de su dueño.
El incendio fue sofocado y las llamas no se propagaron hacia otros sectores del inmueble y el joven fue trasladado en una ambulancia del 911 para una mejor evaluación de su cuadro. Su perro, se supo, quedó en el lugar esperando su regreso.
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