Canela tiene una costumbre extraña para ser una perra: le gusta jugar con piedras: mordisquearlas, enterrarlas, llevarlas de un lugar a otro.
Por Redacción LAVOZ
Clara Richiger dice que con esa costumbre vino de España. Es que Canela nació en las Islas Canarias. “Me fui a trabajar. Pasé dos años allá, un poco en Canarias y otro poco en Barcelona, adonde también me acompañó Canela”, cuenta Clara.
¿Por qué fue que finalmente regresó tan pronto?: “Porque me di cuenta de que trabajaba en las mismas condiciones que podía hacerlo aquí, sólo que aquí tengo todas las ventajas de estar en mi país”.
Clara nació en Sunchales, provincia de Santa Fe, y vino a estudiar Nutrición, profesión que hoy ejerce. Ya no quiere irse de Córdoba: “Me acostumbré a las cosas que tiene una ciudad grande”.
Y, sobre su perra, no duda de advertirle a todo aquella persona que llegue a su departamento: “En esta casa vive Canela”. Es decir: tómelo o
déjelo.
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