Un burro y cerca de 300 perros y gatos han sido salvados por 180 estudiantes en Suba
Por: Catalina Zuluaga | octubre 29, 2015
Fue un día entre semana, recuerdan los estudiantes. El día en el que conocieron a Bebé, un perro criollo de 13 años con una avanzada artritis que le impedía caminar. Apenas usaba sus patas delanteras y se arrastraba con la cola. Bebé los cautivó con su ternura, sus ojos cafés brillantes y el pelo blanco y, por eso, decidieron rescatarlo de la calle para brindarle un hogar.
Así nació esta historia, este club de ‘Amigos de 4 patas’ para quienes la vida es lo más importante y que hoy está conformado por más de 180 estudiantes del colegio oficial Delia Zapata Olivella de Suba. Es el primer colegio del Distrito que implementó un centro de interés de profundización de los aprendizajes enfocado en la adopción, el cuidado y rescate de animales callejeros, y el cual hace parte de la formación integral que reciben los estudiantes en la Jornada Completa de Bogotá.
‘Amigos de 4 patas’ ha adoptado, desde su fundación hace seis años, cerca de 300 perros y gatos y hasta un burro que se encontraba abandonado en un potrero de la localidad.
Andrea Murcia, docente de la Jornada Completa en este colegio, recuerda que Bebé fue el perrito fundador de esta experiencia única en la ciudad, y que arrastraba su cuerpo en medio de tierra y escombros en una avenida principal de Suba. Todo ante la indiferencia de los transeúntes. “Ese criollito nos llenó el alma y el corazón para darle un hogar a todos los animales callejeros”, manifiesta Murcia con rostro de tristeza.
La historia de Bebé es muy similar a la de cualquiera de los animales que han pasado por este refugio: uno de los estudiantes lo recoge de la calle y lo acoge entre sus brazos.
Al llegar al colegio, la docente y los estudiantes les brindan hogar, comida y amor, gracias a las donaciones que hacen los compañeros y los padres de familia y al respaldo que tienen de su proyecto de reciclaje, con el que reciben unos $120 mil por la venta de botellas de plástico y papel.
“Todos están conectados con la magia de la adopción y el cuidado de los animales. Es una experiencia muy bonita para los que aman los perros y los gatos, aunque también para los que no les gusta, pues siempre después de tener contacto con ellos empiezan a quererlos”, asegura César Villamil, estudiante líder del centro de interés.
Con la llegada de Bebé, el equipo de ‘Amigos de 4 patas’ empezó a plantear las reglas de adopción. Durante las clases, el criollito se quedaba en el salón de reciclaje del colegio con agua y comida, y cuando terminaba la jornada escolar, entre los miembros del proyecto, se rotaban el cuidado del animal en su hogar. Además, le brindaban los primeros auxilios y un tratamiento especial.
“Esa es la dinámica del proyecto: buscarle un hogar de paso al animal mientras encuentra el adecuado. Aquí en el colegio y en la casa de cualquier estudiante tiene todo lo que necesita. Si hay algún día que no lo puede cuidar ninguno de los muchachos, se le consigue un hogar por $5 mil pesos que se paga con lo del reciclaje. La idea es que los chicos apadrinen el perrito y luego de varios meses de cuidado y protección lo pueda adoptar un ciudadano que lo quiera”, asegura la docente con una sonrisa.
Luego de varios meses de cuidado, Bebé ‘volvió a nacer’, como lo aseguran los estudiantes: su pelo brillaba, su nariz estaba mojada y sus heridas no eran más que cicatrices. Al darlo en adopción, algunos estudiantes lloraban y fue en ese momento que la profe Andrea decidió cuidarlo y protegerlo en su casa hasta el final de sus días.
“Yo amo los animales y me enamoré de Bebé. Cuando el veterinario lo vio dijo que se iba a morir rápido, pero con el amor de todas y todos y en mi hogar se recuperó y vivió cerca de 4 años más. Fue un milagro que logramos todo el equipo”, agrega con la voz entrecortada la profesora.
Hasta el día de hoy, por el colegio Delia Zapata Olivella han pasado Tomasa, Luckey, Mickey, Doggy, Misifu, Luna, Muñeca, Patito, entre otros 270 perros y gatos, además de Lorenzo el burro.
Todos llegaron en muy malas condiciones de salud, pero han salido revitalizados con energía, amor y tranquilidad. Además de ser entregados a personas a las que se les hace un seguimiento.
“Hemos cumplido nuestra misión: todos los animales han salido bien y los han adoptado personas que los aman y los quieren ver felices”, dice Geraldine Nuca, otra de las estudiantes líderes, quien afirma que esperan dentro de pocos meses crear la ‘Perrera Delia Zapata Olivella’.
Los estudiantes tienen una comunidad virtual donde publican los perros y gatos que están disponibles para adoptar: ‘Amigos de 4 patas’ + me gusta. Un paso sencillo para ser tenido en cuenta en el proceso de llevar a casa un nuevo amigo peludo. El mensaje es claro: no compres, ¡adopta!
las2orillas.co
Foto: Julio Barrera
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