La nueva compañía seguramente le resultó muy placentera y entonces fue sumando más presencia felina a su entorno. Así fue como armó en 1992 una organización y un asilo para animales en su casa y ahora convive con 1.000 gatos, divididos entre adultos y pequeños, y algunos perros. Todos, rescatados de la calle.
Desde el momento de su creación pasaron por el refugio cerca de 24.000 animales. Muchos de ellos, dados luego en adopción. “No creo que nadie haya llegado a esa cifra. Es un verdadero récord”, asegura.
Para ponerlo en práctica, además, le dejó la casa a sus “protegidos” y ella se mudó a una motor home oxidada por el uso. Su tarea principal es darles un lugar, esterilizarlos y cuidarlos.“Prefiero tener 800 animales antes que un hombre”, es la respuesta que suele dar cuando le preguntan sobre sus compañeros incondicionales.
Y específicamente sobre los gatos dice que le encanta que sean independientes, hermosos y elegantes. “Así no necesito ningún hombre en mi vida”, agrega. El cuidado de tantos seres vivos no es un tema menor. Esto le demanda más de un millón de dólares al año en su cuidado. Además, cuenta con la ayuda de doce voluntarios que también se vieron seducidos por su tarea.
Entre las personas que colaboran con la causa están algunos vecinos, quienes aseguran que la casa de Lynea siempre está limpia y que no se percibe el olor característico de esos animales.
El nombre de la agrupación es “The cat house on the kings” y parte de su acción se solventa con el aporte de interesados (en la página muestra varias modalidades de contribución) y con la venta online de algunos productos. Además, recurrirá a sus propios recursos.
¿El apodo más obvio? La loca de los gatos. Pero ella lo asume y lo toma con humor. “Lo llevo con orgullo. Sé que encabezo la lista de fanáticas de los gatos”, dijo en varias entrevistas.
Fuente: entremujeres.clarin.com
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