Fue capturado en un operativo conjunto de Bomberos, Prefectura y veterinarios de la Granja La Esmeralda. Estará en cuarentena y luego se evaluará si puede ser liberado o destinado a un programa de cría y reproducción.
Un hermoso ejemplar de aguará guazú —en guaraní “zorro grande”— apareció este lunes por la mañana en el estacionamiento del Shopping La Ribera. A las 6.45, cuando el animal caminaba hacia avenida Alem vio al personal de seguridad, se asustó y encontró una guarida casi perfecta: se refugió entre los durmientes que decoran la pared lateral del local de Chopería Santa Fe.
Los efectivos de Prefectura Naval montaron un operativo junto a los bomberos y llamaron a los veterinarios de la Granja La Esmeralda para que capturen al animal. “La verdad que es la primera vez que vemos un aguará guazú en el puerto. Está mojado y agotado. Decidimos esperar a los veterinarios para que lo maneje gente que sabe”, contó Alfredo Panozzo, jefe de la delegación local de Prefectura, en diálogo con El Litoral.
Mientras esperaban a los veterinarios, el aguará guazú hizo honor a su fama de animal manso y no se movió de su refugio. Sólo comenzó a gruñir cuando empezó el operativo para llevarlo a la granja.
Para evitar que escape se colocó una red de pesca que “acordonó” la pared de la chopería. Luego, se le colocó un lazo en el cuello y el veterinario y los bomberos lo fueron llevando hacia el cajón de madera en el que se lo trasladó a la granja. Por momentos parecía un documental de National Geographic, pero en el estacionamiento del puerto.
“Lo vamos a tener en cuarentena algunas semanas y luego se analizará si puede ser liberado en su ambiente natural o si es más conveniente que participe de un programa de cría”, explicó Alcides Sensevy, el veterinario de la Granja La Esmeralda que participó del operativo.
Hipótesis
¿Cómo llegó un aguará guazú al puerto? Daniel Hunziker, jefe del Servicio de Veterinaria de la Granja La Esmeralda, le contó a El Litoral que este animal es parte de la fauna de la zona de islas y que su hábitat comienza del centro de la provincia de Santa Fe hacia el norte.
“Es un animal de hábitos nocturnos, difícil de ver. Tal vez llegó a Alto Verde y al sentir los ladridos de los perros se tiró al agua y nadó hasta el puerto. Es una de las posibilidades”, planteó Hunziker.
No es la primera vez que este animal camina las calles de la ciudad. En el 2008, los vecinos detectaron uno en Guadalupe Oeste, que fue capturado por el Cobem, y hace tres años apareció un ejemplar en Esperanza.
El aguará guazú es una especie amenazada en la provincia. Por eso, en el 2003 fue declarado Monumento Natural de la Provincia de Santa Fe, por la legislatura, junto al Venado de las Pampas, otra especie en peligro. “Esta en riesgo por la modificación de su hábitat y el desmonte, por la expansión de la frontera agrícola, entre otros factores”, advirtió Hunziker.
El aguará guazú es un verdadero superviviente. Come casi cualquier cosa cuando la oferta es reducida, por ejemplo grillos y frutas. Pero si puede se alimenta de aves, cuises, pequeñas nutrias y serpientes. También pesca. En los bañados, la gente de campo lo ha visto sacar a los sabalitos del agua para comerlos. Es inofensivo para los seres humanos y para el ganado.
La caza furtiva, una grave amenaza
Hace dos años, un grupo entidades nucleadas en el Plan de Conservación del Aguará Guazú en la provincia de Santa Fe denunciaron en El Litoral que la caza furtiva —que está prohibida al ser una especie protegida— es otro de los factores que atenta contra la preservación de este animal, luego de que dos cazadores de Vera mataron a un ejemplar en octubre de 2013 (lo que generó un fuerte rechazo en las redes sociales).
“En los últimos años se registró la muerte en Santa Fe de 147 aguarás guazúes, y se estima que este número está muy subestimado (pudiendo la cifra real triplicarse o cuadruplicarse). Lo llamativo es que el 65% de las muertes registradas se debieron a la caza y la captura viva de adultos y subadultos. Muy por debajo lo siguen los atropellos en las rutas y las sequías, con un 16% de incidencia cada una, siendo apenas del 1% o el 2% otras amenazas, como ataques de perros”, explicaron en una nota firmada por organizaciones como Capibara Naturaleza, Guardafaunas Honorarios de la Provincia de Santa Fe y Museo Provincial de Ciencias Naturales Florentino Ameghino, entre otras entidades.
En otros tiempos, su asociación con la leyenda del lobizón también fue una de las causas de que se lo cazara y persiguiera.
Características
El aguará guazú, también conocido como zorro grande o lobo de crin, es un cánido que supera el metro y medio de largo total (desde la punta del hocico a la punta de la cola).
— Tiene una masa corporal que ronda los 20 a 30 kilos. Sus rasgos característicos son una crin negra, patas largas y negruzcas, y un manto pardo naranja.
— Es inofensivo para los seres humanos y tampoco ataca al ganado. Se alimenta principalmente de pequeños vertebrados (cuises y serpientes) y frutos.
— Su hábitat son los pastizales, bañados, esteros y bosques en un área que va desde el centro norte de Santa Fe y que incluye regiones de Brasil, Paraguay, Perú y Bolivia.
— Está registrado en el listado de especies protegidas de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora.
ellitoral.com
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