OCURRIO EN LA ZONA DE EL MANSO - El animal, declarado monumento natural nacional por ley, murió tras estar más de 15 horas atado y luego que lo hayan sedado. Quedaron en evidencia demoras injustificadas, indecisiones y carencia de un protocolo de acción.
Además, se notó la falta de elementos para trabajar por parte del Parque Nacional Nahuel Huapi, que tiene como deber y obligación proteger a la fauna autóctona. Más aún, cuando se trata de un animal en extinción.
Lo sucedido se desprende de dos informes a los que tuvo acceso este diario. Allí se indica que el 18 de marzo pasado, a las 21.45, el guardaparque Danilo Tapia fue alertado por un poblador de El Manso Inferior, sobre la aparición de un huemul en un terreno privado (en jurisdicción provincial), cerca de la zona del Ventisquero Negro. Habría llegado hasta ahí perseguido por los perros.
El mismo poblador decidió atar al animal para que no se escapara, fuera cazado o mordido por los canes. Tapia dio informe a sus superiores y pidió apoyo. Una hora después llegó con otro guardaparque y un gendarme al lugar.
Allí decidieron aislar al indefenso huemul, aunque la idea de Tapia era largarlo lo antes posible y así lo hizo saber en numerosas ocasiones. Sin embargo, cerca de las 7 de la mañana del día siguiente, el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Damián Mujica, ordenó que no sea liberado hasta que arribaran los especialistas. Que llegaron unas cinco horas más tarde.
Pese a que transcurrió toda la noche, ningún miembro del Departamento de Conservación y del Programa Nacional de Huemul llegó temprano al lugar. Pero sí, una médica veterinaria externa y unos pobladores, prestaron su colaboración de manera desinteresada y voluntaria.
En todo momento, se constató que el huemul no presentaba lesiones, lastimaduras y estaba en buenas condiciones de salud. Sólo estuvo estresado cuando fue ahuyentado por los perros y atado del cuello con una soga. Pero lograron ubicarlo en un lugar sólo y sin que fuera molestado.
Tapia fue notificado esa mañana que estaban en camino: “el director del Programa Nacional del Huemul Claudio Chehebar, el experto Alejandro Serret, el veterinario Eduardo Ramilo y la bióloga Carla Pozzi”.
Los mencionados, recién llegaron al lugar pasado el mediodía según lo notificado por Tapia, pero “sin los elementos necesarios para el trabajo y movilización” del animal, por lo que debieron acudir a la veterinaria externa preguntándole si tenía sedantes para dormir y mover al huemul. La respuesta fue negativa, porque ella cumplía otra función allí. Entonces, fue un poblador quien sugirió pedir colaboración al veterinario de la estancia Lago Escondido, que trabaja con ciervos, quien finalmente ayudó prestando la medicación. Pero el tiempo seguía pasando y la probabilidad de mortalidad del huemul crecía.
Chehebar informó cerca de las 15 horas que el huemul había sido soltado y que se escondió detrás de una leñera, producto del estrés. Media hora después, lograron sedarlo y trasladarlo a la zona del Paso León, donde fue soltado y se quedaron los especialistas monitoreando sus comportamientos.
“A las 19.25 Chehebar avisó que el huemul había muerto y que ellos se retiraban del lugar, dejando al animal ahí tapado con ramas y troncos”, expuso Tapia en su informe. Y fue el propio guardaparque quien debió enterrarlo, ya que los “expertos” informaron que no tenían espacio en los freezer, para luego analizar al huemul y determinar las causas de su deceso.
Otro de los informes, firmado por Carla Pozzi y Susana Seijas, ambas del Departamento de Conservación y el jefe de esa área, Horacio Paradela, indica que el coordinador del Programa de Conservación, Hernán Pastore, se encontraba en Chile esos días y que el intendente del Parque, Damián Mujica, fue notificado de inmediato de la aparición de esta especie en extinción en El Manso.
Se expuso allí también que se predispusieron a organizar el “protocolo para fauna accidentada”, pese a que el huemul no estaba herido ni nada similar. También expresaron que decidieron esperar al otro día, ya que Pastore no respondió mensajes ni llamados. Además, dejaron constancia que Tapia quiso liberarlo.
Por otro lado, se aclaró que fue la veterinaria externa quien examinó al huemul y que éste no presentaba heridas.
Al mismo tiempo, el informe técnico reconoce que “se desconocía la dosis exacta para dormir un huemul y que no se contaba con un kit básico de emergencia”, que por eso se pidió asistencia a Lago Escondido y que fue la médica externa quien aplicó la anestesia, según lo indicado. Aunque se aclara también que cada paso fue consensuado por todos los presentes.
Se informó luego, que una vez que sedaron y soltaron al animal, le aplicaron una dosis para disminuir su grado de estrés. Pero el huemul murió minutos después. Manifestaron además, que tanto Chehebar como Pozzi consideraron que no había espacio en algún freezer para mantener allí el cadáver, por lo que decidieron enterrarlo y extraer muestras de pelo.
Y el mismo informe técnico, expone que el “Programa Nacional del Huemul no cuenta con lo necesario (protocolo, elementos para dormir al animal), para abordar una situación compleja y que la Intendencia del Parque no tiene una fluida operatividad que permita abordar” este tipo de situaciones.
En peligro de extinción
El huemul meridional, o ciervo sur andino (Hippocamelus bisulcus), es un mamífero en peligro de extinción perteneciente a la familia Cervidae que habita en la cordillera de los Andes, en la zona de Chile y Argentina.
Es el ciervo más austral o meridional del mundo y su población a lo largo de todo el siglo XX ha sido (como otras especies silvestres) drásticamente exterminada por los seres humanos, ya sea por considerarlo "plaga" o por "deporte" como uno de los objetivos de la llamada caza mayor.
Este animal tiene como enemigo natural principal al puma, pero también es afectado por los incendios forestales y la explotación irracional de los bosques donde podría habitar. Además, es víctima de la caza ilegal y es contagiado por el ganado, que le transmite algunas enfermedades.
De este modo, de los millares de huemules que había en la Patagonia, sólo quedan pocos centenares.
Curiosamente, la propia página web de la Administración de Parques Nacionales, sostiene que “para ofrecerle las máximas garantías de conservación, esta especie emblemática de los Andes, fue declarada Monumento Natural Nacional en el año 1996, por Ley Nº 24.702”.
Aunque nada dice de la carencia de materiales para su resguardo y de la falta de respuestas que quedaron expuestas en el caso mencionado.
El inoxidable caso “Terán Frías”
El episodio de la caza ilegal que protagonizó Luis María Terán Frías ocurrió en 1990 dentro de la jurisdicción de Parques Nacionales. Pero sólo salió a la luz en 1995, con la denuncia del ecologista Alejandro Beletzky y su correlato legal, presentado por el abogado Rodolfo Yanzón.
El entonces asesor legal de la Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi, Terán Frías, había participado de una expedición de caza furtiva en la cual se mató un huemul macho (especie considerada internacionalmente en peligro de extinción) dentro del mismo Parque Nacional donde se desempeñaba como asesor legal.
El sumario realizado por la Administración de Parques Nacionales (APN) ante esta denuncia recomendó la cesantía del abogado, pero en su lugar las autoridades de aquel momento del organismo máximo de conservación en Argentina, le aplicaron 17 días de suspensión.
La indignada reacción de militantes ambientalistas no logró entonces que la ex secretaria de Medio Ambiente, María Julia Alsogaray, revisara esa medida, que juzgaban insignificante frente a la magnitud del delito.
El sumario y la sanción aplicada al abogado fueron denunciados por la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas por graves irregularidades de procedimiento. A pesar de ello, Terán Frías permaneció en la Intendencia del PN Nahuel Huapi, cumpliendo funciones legales.
Posteriormente, ninguna de las sucesivas gestiones tomó la decisión de corregir la absurda sanción aplicada, ni dar curso a la denuncia de la Fiscalía. Al contrario de ello, en 2008 la entonces gestión de la APN lo designó representante legal de cinco parques nacionales. Luego, con el reclamo de diversas organizaciones ambientales y de la comunidad, se dio marcha atrás con el nombramiento.
Cuántas preguntas ante tantas irregularidades
Por Diego Llorente
Cuando se dan a conocer estos casos se despierta, una vez más, la indignación. ¿Por qué? Por la falta de respuestas, de políticas y hasta de humanidad por parte del Estado. Y más aún, de un organismo que fue creado para conservar la flora y la fauna autóctona (y no tanto).
Por todo lo expuesto en la nota principal, surgen numerosos interrogantes. ¿Por qué se demoraron tanto los “especialistas” y “expertos” en huemules del Parque Nacional? Es inconcebible teniendo en cuenta que cuando una persona se pierde en la montaña, de inmediato hay aceitada una batería de búsquedas y que Parques no tenga prioridades en este tipo de casos.
Y la aparición de esta especie, no debería ser nada extraordinario, debería ser materia corriente que se repitan este tipo de asistencias, ya sea sobre huemules, pudú pudú, huillines u otras especies autóctonas en peligro de extinción. No es que apareció un elefante africano.
¿Por qué el intendente Damián Mujica no ordenó su liberación? ¿No sabía que el animal podía morir de un pico de estrés sólo por el hecho de estar atado? No hace falta ser especialista para conocer los riesgos que se corrían. Sin embargo, el huemul estuvo atado toda una noche y más también.
¿Por qué el Parque Nacional Nahuel Huapi no cuenta con una simple dosis para sedar a un huemul? Y más grave aún: ¿Cómo es posible que los miembros del Programa de Conservación de este animal no sepan la cantidad de dosis exacta? ¿Acaso no es una de sus funciones primordiales? Y si no, ¿cuál es su trabajo prioritario?
¿Por qué el Parque Nacional Nahuel Huapi y el Programa de Conservación no tienen un protocolo para salvar al animal? Más aún teniendo en cuenta que el huemul fue declarado monumento natural nacional hace ¡20 años!
¿Cómo es posible que un grupo de “especialistas” en huemules llegara 14 horas después de que encontraran al animal “sin un kit básico de emergencia”? ¿A qué fueron entonces?
¿Por qué decidieron tapar al animal con ramas y troncos y no examinar las causas de su muerte? Sobre todo, considerando que parecería que no es tan típico para ellos encontrarse con una situación de este tipo. ¿Ni siquiera por curiosidad e instrucción profesional quisieron examinar el cadáver?
La indignación crece con cada detalle, con cada lectura de los dos informes presentados ante la Administración de Parques Nacionales. Pasaron más de dos meses y ninguna autoridad de ese organismo notificó el caso. ¿No era importante? ¿No merecía ni siquiera un comunicado de prensa la muerte del huemul? Ojalá que estas líneas encuentren respuestas públicas.
elcordillerano.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario