MANUEL MIRO
Leones incautados en la sierra de cazorla
Los parques zoológicos tienen como función «el fomento de la educación y de la toma de conciencia por el público en lo que respecta a la conservación de la biodiversidad».
Es más, la misma ley, la 31/2003 de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos, dice que «deben ser una fuente de conocimientos científicos que esté a disposición de universidades, de instituciones dedicadas a la investigación y de organizaciones comprometidas con la conservación de la naturaleza». Pero se ve que también pueden estar a disposición de los centros comerciales a los que, según una denuncia de Faada, varios parques zoológicos de Sevilla están «prestando» sus animales para eventos promocionales.
El pasado 30 de septiembre, según denuncia esta plataforma de ONG's, dos cachorros de león del Zoo Castillo de las Guardasfueron expuestos en las instalaciones del centro comercial IKEA de Sevilla como reclamo para sus clientes; gracias a las protestas de muchos de ellos, la empresa procedió a retirar a los animales. Pero no es el único caso. Hace tres meses, Surcaza, Salón de Caza y Pesca, publicitaba también la participación en su evento de cachorros de tigre blanco, hiena rayada, lince europeo y león, llevados hasta el Palacio de exposiciones y Congresos de la capital andaluza por Mundo Park, el mismo Zoo que en diciembre llevó a una fiesta de Kiko Rivera dos cachorros de león. Los animales fueron retirados cuando la Guardia Civil comprobó que la empresa carecía de permiso de exhibición de felinos.
Animales peligrosos
En conversación telefónica con ABC, Jennifer Berenguer, de Faada, explica que «un cachorro de león o de tigre pueden parecer adorables. Pero según la propia Junta, todas las especies salvajes de carnívoros que en estado adulto alcancen o superen los cinco kilogramos son animales potencialmente peligrosos. Y para estos, la ley autonómica dice que deben estar en espacios o instalaciones autorizados por la Consejería competente. Cuando hemos preguntado a la Junta por esas autorizaciones, no han respondido».
Como ejemplo de la imprevisibilidad de estos animales y de su peligrosidad, Jennifer Berenguer cita el caso de un pequeño de siete años que fue atacado en la localidad leonesa de La Mata de Curueño por un lince boreal que se exhibía en la plaza y que le provocó heridas en la cabeza que requirieron de la intervención de un cirujano plástico en el hospital. La ley sobre animales peligrosos -explica- «es muy genérica y además está transferida a las comunidades autónomas, con lo que el caos es total. El Gobierno ni siquiera tiene un registro de los animales salvajes que hay en los circos que circulan por el territorio español. Es más, por no haber, no hay ni centros de rescate adecuados. Cuando la Guardia Civil decomisa un animal cuyos papeles no están en regla, se tiene que quedar en el propio circo porque no hay instalaciones».
Los zoológicos sevillanos de Mundo Park y Castillo de las Guardasson privados, pero desde Faada que se han dado casos en otros públicos, «como el de Barcelona, en los que se han rodado spots publicitarios de bebidas lácteas con delfines o películas con elefantes, como ocurrió en el de Murcia».
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