Justicia. Los retuvieron dos meses en cuarentena. Colegio de Abogados de Lima logró probar su inocencia.
Ernesto Guerrero L.
Les atribuyeron la muerte de una pequeña de dos años. "Perros vagos mataron a mordiscos a una niña en Lurín", tituló un diario ávido por captar lectores. "Rabiosos canes despedazaron a indefensa criatura", consignó otro matutino para presentar la misma noticia el 10 de abril pasado.
Casi dos meses después, tras permanecer en cuarentena y a punto de ser sacrificados, los cuatro animales que supuestamente atacaron a la menor Dana Noemí Vicente Guerra, causándole la muerte, fueron liberados ayer al probarse que no tuvieron nada que ver en el asesinato.
Durante la investigación que realizó el Ministerio Público, el Colegio de Abogados de Lima, a través de su oficina de Derecho de los Animales, consiguió probar que eran inocentes.
Hija de marino
Dana Noemí, hija de Iván Vicente Asín, suboficial de la Marina, (34) y de la comerciante Shirley Guerra Alva (33), fue hallada sin vida la noche del 9 de abril en un amplio terreno a unos 300 metros de su vivienda, ubicada en el conjunto habitacional La Estancia, Mz. S-1, lote 14.
El cuerpo yacía desnudo y presentaba laceraciones múltiples y una herida en la cabeza. La policía, en primera instancia, concluyó que los perros guardianes del terreno eran los responsables del crimen. "La atacaron y la asfixiaron presionándole el cuello con sus mandíbulas", sentenciaron.
'Preciosa', 'Paul', 'Esteban' y 'Manuel' –singulares nombres que le puso su dueño Julio César Colmenares– fueron confinados desde entonces en el Centro Antirrábico de Breña. Los iban a sacrificar con inyecciones letales la próxima semana.
Sonia Córdova, representante del Colegio de Abogados, explicó que la necropsia practicada a la niña fue determinante para probar la inocencia de los canes. Y es que ninguna de las lesiones que mostraba eran compatibles con mordeduras.
Además, la ropa de la víctima no presentaba ningún tipo de desgarradura. Sus prendas fueron halladas dobladas cerca del cadáver.
Por estas razones, la fiscalía dispuso la liberación de los canes y su inmediato traslado a un albergue especial, donde permanecerán hasta ser adoptados.
Shirley Guerra, progenitora de la fallecida, exigió a la policía esclarecer el crimen y arrestar a los verdaderos responsables. "Ya es hora que hagan su trabajo. No es posible que culpen a unos perros para cerrar el caso".
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