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domingo, 7 de septiembre de 2014

"Un perro con leishmaniasis no tiene por qué ser sacrificado"

03 DE JULIO DE 2005 | SEGUN VETERINARIO ESPAÑOL TOMAS FERNANDEZ
La temible leishmaniasis, que en nuestro medio representa una "sentencia de muerte" para los perros, no se contagia de los canes a los humanos y no es una zoonosis. Así lo asegura el veterinario español Tomás Fernández González, experto en traumatología y neurología de pequeños animales domésticos. El profesional asegura que con un tratamiento adecuado el mal desaparece y puede ser aislado sin que se sacrifiquen tantos perros. El experto vino a nuestro país exclusivamente para operar a un antiguo paciente: el perro labrador Pongo.

De acuerdo con la explicación del experto, la leishmaniasis la padecen los perros como la padecen los humanos. "Ya bastantes problemas tienen los perros, como para sufrir las consecuencias. Es más, los perros la sufren más que la especie humana, que está bastante inmunizada contra la enfermedad", asegura.

Los casos "aislados" que, según el veterinario, se dan en los humanos, se deben fundamentalmente a situaciones de inmunodepresión del individuo. En cambio, en el perro la tasa de incidencia del mal es altísima, pero no contagian a los humanos. De ahí se explica que el vector que transmite la enfermedad (mosquito), el flebótomo (Lutzomyia longipalpis), pica e inocula por igual a los canes y al hombre.

Su presencia en Asunción tuvo que ver con un antiguo paciente que tuvo en España, el perro Pongo, al que operó y aprovechó la ocasión para dictar charlas y dar entrevistas en nuestro país.

- Si la leishmaniasis no se transmite a los humanos, ¿qué hacer con los perros que la padecen?

- Esta es una cuestión que tiene que ver con la sensibilización de las autoridades sanitarias. Deben darse cuenta de que el quid de la cuestión no está en sacrificarlos. La clave estriba en la responsabilidad con los animales.

- ¿Qué implica eso? 

- Si aquí en Paraguay los legisladores hiciesen una ley de protección animal realmente, como decimos en España, se matarían dos pájaros de un tiro. Primero, contribuirían que a nivel sanitario hubiese mayor protección para el ser humano, y segundo, se lucharía muy eficazmente contra esta mal llamada zoonosis. 

- ¿No se trata de una zoonosis acaso?

-Yo digo "mal llamada" porque zoonosis se trata de enfermedades que transmiten los animales a las personas y realmente no es exactamente así. Los animales la padecen igual que las personas, pero no la transmiten. Se quiere vincular a los perros como vector intermediario y no es así.

- Ud. nos está diciendo aquí todo lo contrario a lo que creemos y que hace poco causó una verdadera sicosis...

- Esta misma polémica la teníamos en España hace 18 a 20 años. Lógicamente, cuando se conoce el tema en profundidad, se ve que ha evolucionado de una forma diferente, como estoy absolutamente seguro que ocurrirá aquí y para ello es que tenemos que darnos cuenta de que la solución del problema no estriba en sacrificar animales. 

- Entonces, ¿cuál es la solución?

- Una ley de protección animal que, en definitiva, implicaría castigar el abandono de los animales domésticos. Es decir, cuando se abandona a un animal se está cometiendo un delito y el responsable debe ser multado fuertemente. Esa sería la forma disuasoria de que la gente abandonase más animales. No habría animales dejados a su suerte en las calles si se obligara al propietario a no hacerlo y se reduciría el riesgo de la enfermedad.

- ¿Qué hacemos para llegar a eso? Además, la ley nunca es condición para que se cumpla.

- Simplemente habría que hacer una campaña informativa para que propietarios hagan unos análisis a sus animales cada cierto tiempo, una vez al año quizás, para chequear cuál es el estado sanitario de su mascota.

- Evitar la enfermedad es una cosa, pero ¿se puede curar?

- Un animal que se trata se cura clínicamente. Es cierto que la enfermedad no tiene una cura total. Es como la malaria en la persona, se puede tratar pero no se puede erradicar del organismo. Si el animal se cura clínicamente al igual que la persona deja de presentar la sintomatología. Es decir, el parásito desaparece de la circulación sanguínea, con lo cual el animal deja de ser un reservorio peligroso. Un animal tratado y curado clínicamente ofrece mucho menor riesgo potencial de los animales que no han sido chequeados o que se no se sabe si están enfermos. En otras palabras, si a un animal se le detecta la enfermedad y se lo trata, no ofrece ningún problema y no hay por qué sacrificarlo.

- Aquí un problema grave es la reproducción indiscriminada de perros callejeros. ¿Cómo se puede evitar?

- Volvemos a lo mismo: castigo al abandono de los animales. Hay que publicitar y contribuir a que los propietarios de animales los tengan en condiciones adecuadas y, si esos animales no van a ser reproductores, hay que castrarlos, como se hace en los países desarrollados. Pero ante todo, hay que evitar que existan perros vagabundos, y la única manera es con campañas de esterilización de machos y hembras en las que se podría involucrar a los profesionales.

- ¿Se podría dirigir desde los municipios?

- El Estado tiene que asumir, tiene una obligación de cara a los ciudadanos en lo que respecta a garantizar o a tratar de evitar que haya enfermedades que se propaguen o que haya enfermedades relacionadas o vinculadas a los animales. La forma de contribuir con esto es realizando programas de apoyo publicitario sobre la importancia de la esterilización, campañas informativas sobre el peligro de animales sueltos y reproducción exagerada de animales no deseados que, en definitiva, son los que pueden transmitir otras enfermedades. Hay que implementar una política de Estado de cara a regularizar la población canina identificando a cada uno. Hay que empezar ya con una campaña de identificación masiva de mascotas.

- ¿Cómo hacen en Europa?

- Se los identifica. Si ese animal está abandonado en la calle, hay un responsable y existe una responsabilidad civil que hasta puede ser penal.

- ¿Qué tipo de sanciones, por ejemplo, se aplican?

- Generalmente, multas, pero muy cuantiosas sumas de dinero. Cuando a uno le cuecen el bolsillo, la persona lo piensa dos veces.

- Aquí no hay jurisprudencia...

- Debe existir una ley; primero, por una cuestión de sensibilidad hacia los animales y una cuestión de criterio sanitario del país. La legislación es el primer paso, el primer eslabón para conseguir que haya menos animales abandonados y, al haber menos abandono, habrá menos enfermedades, que, aunque no se erradiquen, disminuirán su incidencia.

- ¿Qué hacen en España con los perros sin dueños?

- Pasan a perreras municipales y están un tiempo. Si no son reclamados o no son adquiridos por otras personas, hay plazos hasta que efectivamente se los sacrifican.

- La Sociedad Protectora de Animales cuestiona a la perrera de aquí por trato cruel a los animales...

- Es una cuestión de principios si no de ética y sentido común propinar un trato humanitario a los animales.

- ¿Qué hay de la rabia en Europa?

- En España no hay rabia; sí, en Europa del Este y creo que en Francia. Pero no es transmitido por animales domésticos sino salvajes, como zorros y otros sueltos en la naturaleza. Allá las campañas de rabia son obligatorias y así hemos conseguido garantizar que no atraviesen las fronteras. Eso sí, un perro con rabia debe ser sacrificado.

- ¿Cómo hacen esa eutanasia?

- Hombre, pues, una eutanasia debe ser una muerte digna. En los animales se deben usar barbitúricos de acción rápida intravenosa. Cuando se ha conseguido que el animal se anestesie profundamente, se aplica una droga para parar la musculatura del diafragma. Eso es lo que podríamos denominar una muerte digna, y los animales no tienen por qué morir de una manera cruel.

fuente: abc.com.py

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