Barcelona. (Atlas).- Era otro reportaje más sobre la Feria de Abril. El sol en lo más alto, sevillanas en las casetas y gente pasándolo bien por todas partes. Hasta que, entre tantas risas, la cámara da con un gesto serio. Entre los pies de médicos, policías y bomberos se asoma la mirada cansada de un caballo tumbado en el suelo. Y, de repente, dos personas no quieren que los medios se acerquen para grabar.
Imposible evitarlo ya. Hay decenas de cámaras apuntando a la angustia de Zafiro, un caballo deshidratado que se ha quedado sin fuerzas sobre el albero. Un veterinario aguanta la vía con sus dedos. Otro sujeta un enorme gotero lleno de calcio y suero. Lo demás son caricias y nervios y decenas de personas esperando a que el animal se recupere.
Zafiro, finalmente, se levanta con el aplauso espontáneo de la gente. Y de nuevo es el sol en lo más alto, sevillanas en las casetas y gente pasándolo bien por todas partes, pero durante un momento, la feria se detuvo para ver cómo un caballo se recuperaba después de desplomarse.
lavanguardia.com
Zafiro, así se llema el animal, estaba deshidratado y se recuperó cuando le pusieron suero y calcio con gotero
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