La historia de esta perra llamada ‘Lola’ es todo superación y la forma de actuar de su dueño todo un ejemplo a seguir. Después de que la perra fuera diagnosticada de una hernia discal severa le ofrecieron la posibilidad de sacrificarla pero su dueño se negó y quiso darle una segunda oportunidad.
Lola fue diagnosticada y operada inmediatamente de una hernia discal severa. Para su recuperación se realizaron diferentes ejercicios con el fin de evitar la distrofia muscular.
Había algunos momentos en los que parecía que la perra se iba a levantar y empezaría a caminar.
Pasados dos meses y siendo lenta la mejoría, se le aplicaron varias sesiones de electroestimulación neuronal en la médula espinal y en las piernas. Lola tampoco controlaba sus necesidades, siendo necesaria la presión en la vejiga para su estimulación.
La perra nunca dejó de luchar para conseguir de nuevo volver a ser como antes. Desgraciadamente los veterinarios explicaron que a pesar de todo el esfuerzo de la perra y de su dueño, Lola se quedaría semiparalítica con 7 años de edad.
Muchos dueños de perros podrían haber decidido sacrificar a su amigo. “A mi también me dieron esa opción”. “Pero soy de los que piensan que todo el mundo, especialmente un amigo fiel, necesita una segunda oportunidad”. “Y no creo que haya nadie tan merecedor de llegar hasta el fin del mundo conmigo”. “Porque siempre es mejor tenerla a tu lado que no volver a sentir su cariño nunca más y porque, aunque sea un cliché, ella nunca lo haría”, explicaba el dueño de Lola.
¿No crees que si ella hablara te pediría seguir viviendo?. Como dice la canción, “… mi niña Lola mientras que viva tu padre no estás en el mundo sola …”.
fuente: schnauzi
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