Justin Vraney de 36 años, tiene la meta de tener un restaurant “cero desechos” en su mente, desde el primer día que abrió su restaurant de comida rápida Sandwich Me In.
Estos dos años de esfuerzo de Vraney, han sido la inspiración de un cortometraje que está siendo producido por NationSwell. Desde que Sandwich Me In abrió sus puertas, el total de sus desechos es el equivalente a lo que un restaurant del mismo tamaño produce solo en una hora, contó Vraney al Huffington Post. La mayoría de la basura que ha recolectado Vraney ni siquiera proviene del restaurant, si no que en gran parte de los clientes que traen vasos con recubrimiento plástico como los del Starbucks.
“Si yo puedo hacer esto con un servicio de comida rápida, espero que pueda ayudar a otros restaurantes a hacerlo también”, señaló Vraney. Para llegar a la meta de “cero desechos” el restaurant funciona a partir de energía sustentable y con comida que proviene de los campos locales, por lo tanto no tienen mucho envoltorio. Virtualmente todo —desde los retos de comida hasta el aceite utilizado para freír— es reutilizado.
“Yo practico las cinco Rs”, dijo Vraney refiriéndose al credo medio ambientalista de reducir, reutilizar y reciclar. Vraney agrega, Rechazar y Resistir a la lista, trazando una firme línea en contra los residuos exteriores como los correos basura y el exceso de embalaje. Vraney, también vive en su hogar de la misma forma con prácticamente ningún desecho. Y aun cuando la comida es su pasión, trabaja duramente para ser una persona libre de residuos por el bien de sus hijos, dijo.
“Yo tengo hijos en su futuro no van a tener la posibilidad de vivir como viví yo”, dijo Vraney refiriéndose al panorama cada vez más sombrío respecto al cambio climático. “Yo quier ver (a mis hijos) vivir la misma vida que yo tuve. No quiero arriesgarlos, no soy un apostador. Quiero cuidar las cosas que más quiero”. Vraney admite que lograr la meta de cero desechos no ha sido fácil: pasó los primeros seis meses desesperado trabajando toda la operación él mismo, para así mantener los costos laborales y evitando las comodidades de ahorro del tiempo como usar un caldo pre-envasado. Él en cambio, hace su propio caldo a partir de los huesos de los pollos que usa. En apenas dos años, Vraney dice que ha logrado una pequeña ganancia.
“Para mí, no es un tema de plata. Lo veo de una manera más amplia. Si yo no hago esto ahora, nunca se realizará. Se puede hacer y puede hacerse a precios razonables”, agregó. Vraney también apuntó que los costos de la comida de su restaurant son “realmente bajos” desde que no tiene desperdicios. El menú está planificado para que todos los platos coincidan.
“El cuero del pollo crispi ahumado va en la ensalada Cobb y los huesos sirven para hacer el caldo para la sopa de pollo”, señaló el dueño del restaurante al Truth Atlas, quien fue el primero en reportear sobre sus esfuerzos. Las sobras de vegetales de un día para otro van en la hamburguesa al día siguiente e incluso los restos de comida se les entregan a los agricultores para alimentar a las gallinas que producen los huevos para el negocio.
Vraney estaba orgulloso de utilizar los productos frescos sin procesar y locales sin pensar en ello intencionalmente y sin que haya sobras. “Los clientes comen porciones razonables y cuando terminan sienten que todavía tienen energía. Se sienten bien”.
En cuanto a los ocho basureros llenos de desechos, Vraney ya está listo para dejarlos ir. Un artista que hace esculturas a partir de desechos se llevó su basura, la cual prontamente será una obra de arte.
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