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domingo, 8 de noviembre de 2015

El hipopótamo del Zoo de Mendoza murió por comerse una pelota de tenis

El cuerpo del único espécimen macho del establecimiento había sido hallado el jueves; la necropsia confirmó hoy la verdadera causa de muerte
DOMINGO 08 DE NOVIEMBRE DE 2015 • 

El diámetro interno aceptable de una pelota oficial de tenis es de entre 6,54 y 6,86 centímetros, según la Federación Internacional de Tenis (ITF, en inglés). El peso, de entre 56 y 59,4 gramos. Algo tan pequeño, sin embargo, fue lo que le causó la muerte al único macho que había en el zoológico de la ciudad de Mendoza. El hipopótamo adulto, que puede pesar entre 1.500 y 3.000 kilos, es el tercer animal terrestre más grande del planeta, detrás del rinoceronte blanco y el elefante.

Kayi era el gran orgullo del zoo, donde vivía hace 22 años, y a menudo su imagen era utilizada para promocionar el establecimiento. No obstante, la pelota de tenis que fue arrojada dentro de su hábitat, probablemente por algún visitante, obstruyó su sistema digestivo y le provocó la muerte.

En el último tiempo, diversos hechos relacionados al zoo porteño invitaron a cuestionar el sentido de los zoológicos tradicionales en la Argentina. Un fallo judicial declaró a la orangután Sandra "persona no humana" y ordenó su traslado a Brasil; la elefanta Mara deberá ser trasladada por falta de espacio; el martes, dos liebres patagónicas escaparon del zoo y una fue atropellada por un colectivo

El inmenso animal ya sufría problemas digestivos por la ingesta de una bolsa de plástico en abril, pero los recientes estudios realizados en su cuerpo tras su muerte encontraron un objeto similar a una pelota de tenis, pero "pelada". Los veterinarios creen que la superficie externa fue diluida por los jugos gástricos del hipopótamo.

El elemento, ajeno al hábitat natural del animal africano, habría obstruido la salida de uno de los estómagos del animal, impidiendo así la conexión con los intestinos, lo que generó una parálisis del sistema digestivo.

Hace meses ya que Kayi presentaba síntomas de anorexia y una recurrente falta de apetito, por lo que recibía un tratamiento con "musilago de lino y antibióticoterapia", según el servicio veterinario. En la necropsia también se observaron lesiones en el páncreas, que no había lesiones en piel ni en mucosas y los alimentos de Kayi, en su mayoría pasto.

La muerte de Kayi llega justo en medio de la reinstalación de la polémica por la permanencia de los zoológicos en la Argentina. La administración del zoo porteño enfrenta críticas desde la muerte del oso polar Winner, en medio de una ola de calor en la Navidad de 2012. En un artículo publicado por LA NACION hace tan solo una semana, se daba cuenta de los cambios que se avecinan en el zoo de Buenos Aires.

El modelo victoriano, estaría llegando a su fin, acorralado por el estado de los animales, que a menudo padecenzoocosis, conductas estereotipadas y repetitivas producidas por el cautiverio. Un fallo judicial declaró a la orangután Sandra "persona no humana" y ordenó su traslado a un santuario para primates en Brasil; un artículo de este diario denunció que la elefanta Mara deberá ser trasladada, por falta de espacio; el martes, dos maras - tipo de liebres patagónica gigante- escaparon del zoo: una fue atropellada por un colectivo y la otra pudo ser rescatada.

La muerte de Kayi aún no ha provocado el impulso de cambios similares en el zoológico mendocino. El zoo de Mendoza, creado en 1903, es el único en la provincia y alberga a más de mil animales en su predio ubicado a un costado del Cerro de la Gloria, próximo al parque General San Martín. Hoy, se quedó solo con dos hipopótamos hembra, una de ellas hija del ejemplar fallecido.

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