Cuando daba su paseo habitual, un buen samaritano se encontró con un búho que había quedado atorado en uno de los huecos de una alambrada de púas. La pobre criatura no podía salir por sus propios medios. Afortunadamente, el animalito no se lastimó con las púas, pero si no lo rescataban seguramente terminaría herido.
El héroe supo que debía liberar al búho. Con sus manos, empujó los alambres para agrandar el hueco. El búho pudo sacar su cabeza a tiempo y voló libremente hacia su nido.
Alguien descubrió a este búho atrapado entre los huecos de una alambrada metálica y su borde de púas.
La pobre criatura no se había lastimado con las púas, pero estaba en una situación muy peligrosa. Afortunadamente, un buen samaritano llegó para salvarle el día.
Para poder liberar al búho, este héroe simplemente empujó la cerca
El búho voló hacia el ocaso… y después se posó en una torre para recomponerse.
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