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lunes, 17 de febrero de 2014

Cómo actúan las bandas que secuestran perros en Córdoba. (Argentina)

En barrio Pueyrredón se reiteran los robos de perros y para recuperarlos piden rescate. ¿Cómo actúa el “escuadrón pichicho”?

A Barón, un Dogo Argentino adulto, se lo llevaron como si fuera un manso Chihuahua en la madrugada del 5 de febrero. Con este robo, los secuestradores, cambiaron el sentido de la frase: “Cuidado con el perro”.

“Barón es manso, yo pensé: ‘Es un Dogo, siempre le tienen respeto, por más que haya sido criado dentro de la casa’. Me lo llevaron igual”, contó Analía, una vecina de calle Juan de Garay al 1.200, “zona roja” del “perrosecuestro”.

Con la irrupción de esta nueva modalidad delictiva, ahora los perros son los que temen: “Desde que me la llevaron tiene un miedo, no sé si le habrán pegado o le ataron el hocico para que no ladre”, dijo María, dueña de una perra de raza Bichon Frisé llamada Celeste.

“Yo le di los mil pesos desesperada, no hice la denuncia, porque yo a esta perrita la crié desde los 40 días, no quiero que se me pierda”, agregó la mujer.

Los vecinos sufren, además del robo de mascotas, arrebatos constantes y robo a mano armada dentro de las viviendas. Todos apuntan a un tal “Sebastián”, líder de este nuevo “escuadrón pichicho”.

Marche preso. Además de ser secuestrado, Barón terminó en una celda de la comisaría sexta. Los ladrones no le tuvieron miedo, se lo llevaron en un carro y volvió en un móvil policial.

“El perro es de mi hermano, un ‘dogazo’, y me reventaron la puerta de la pensión a las patadas a las 5 de la mañana, no había nadie en la parte de abajo. Una vecina fue a avisarme con mucho miedo, porque esta es una mafia”, recordó una de las dueñas del Dogo.

“Me vaciaron la casa, me robaron el perro y se lo llevaron en carro”, dijo la mujer.

“Cuando yo me entero ese día lo que había pasado me fui como loca, como la mafia está frente a la pensión, empecé a gritar, a llamar a la Policía, como éstos vieron todo este movimiento, me llaman por teléfono los vecinos que nos estaban buscando porque había aparecido el perro atado en un árbol en el ‘Bajo’”.

“Llamé al comisario y le avisé que me habían pasado el dato de que el perro apareció, el comisario lo fue a buscar, se lo llevó secuestrado en el móvil a la Unidad Judicial 11. Al perro lo pusieron en el calabozo, sin agua, sin comida, vos vieras lo que era, un espanto, pobre animal”.

Cartelitos. Trinidad vive en barrio General Paz, pero le avisaron que habían visto a su perro Igor por calle Juan De Garay, casualmente en el sector que se traga las mascotas de la zona.

“Por eso pegué carteles por toda la zona”, dijo.

En el barrio hay muchos carteles con fotos de perros “perdidos” ofreciendo recompensas a cambio de devolución: una tentación para el secuestro extorsivo de canes.

“En la veterinaria una señora me comentó que los carreros levantan los perros para venderlos”, aseguró María, dueña de Celeste.

“A un vecino de la otra cuadra dos veces le robaron el Caniche. Una vez se lo habían vendido y fue a buscarlo al “Bajo” y el tipo este se lo había vendido a otro que le dijo: “Bueno, como yo todavía no se lo pagué se lo doy de vuelta. Al poco tiempo este hombre (por Sebastián) andaba vendiendo el mismo Caniche”.

Secuestro express. En pocas horas apareció Celeste, la Bichon frisé de María, luego de pagar rescate: “Me la robaron unos días antes de que les robaran el Dogo a mis vecinos. Nunca la dejo salir a la calle porque tengo miedo, pero ese día quedó abierta la puerta y salió a la vereda y bastó para que se la llevaran”.

“Esa noche con mi familia la buscamos por toda la cuadra y el hombre este les decía a los chicos: ‘No va a venir por más que la llamen’. Claro, si la tenían encerrada”.

Los presuntos ladrones viven frente a su casa, en un predio que fue usurpado por varias familias, entre ellos, los secuestradores de mascotas.

“El hombre vino, golpeó la puerta y me dijo que la había encontrado por la (calle) 85. Al rato me dice: ‘Usted me da 500 pesos ahora y yo la voy a buscar y 500 cuando se la traigo’. Así descaradamente”.

“El mismo tipo siempre me viene a pedir que le ate la perra mala que tengo en el techo para colgar los ganchos de la luz. Estoy esperando que se le corte así le digo: ‘Dame 500 por colgarte y otros 500 para tener la perra con el collar de ahorque’, reflexionó, con bronca, la mujer.

Más casos. Trinidad asegura que Igor, su Bulldog Francés, fue robado por carreros: “Unos vecinos me comentaron que fueron tres pibes de entre 15 y 17 años en un carro, saltaron la reja, lo agarraron y se lo llevaron”.

“Pegué carteles y lo publiqué en Facebook. Un amigo me dijo que creyó verlo en la casa de una vecina y le dijo. Le pasó el teléfono. Al poco tiempo me llamaron varias veces de un número privado hasta que un día una mujer contestó y me dijo que ella había pagado 2.500 pesos, me lo devolvía, pero quería recuperar algo de esa plata”, contó Trinidad.

“Me citó en una esquina de barrio Zumarán, por Góngora creo”. Ahora Igor está en su casa. Trinidad arregló el pago de rescate por 500 pesos.

“Estaba un poco raspado en las patas y en la panza, se ve que estuvo con otros perros, pero ahora está bien”.

fuente: diaadia



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