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viernes, 1 de mayo de 2015

La historia del perro “Suárez”

Este perro fue llevado a un albergue del municipio de Itagüí en la clínica veterinaria CES, donde está en cuarentena. FOTO CORTESÍA

Además de su ingreso hacia las 11:00 a.m., del miércoles en la Institución Educativa Ciudad de Itagüí María Bernal, del barrio La Aldea, el perro, bautizado como “Suárez”, que mordió allí a 10 estudiantes, lo habían sacado de otro colegio del sector, donde, en el descanso, jugó con un balón con varios muchachos y a uno de ellos le hizo un rasguño en una mano, por quitarle el esférico.

En diálogo con EL COLOMBIANO, Juan Ricardo Caro, rector de la Institución Educativa Carlos Cortés, manifestó que el animal, un perro callejero, entró al colegio antes de las 8:40 a.m., aprovechando el ingreso de un vendedor que iba para la cafetería.

“En ese momento los alumnos salieron a descanso y algunos jugaban baloncesto. Entonces, el perro, muy juguetón, corrió a quitarles el balón. Empezó a perseguirlos (a los niños) y a cogerlos de los pantalones para tratar de quitarles la pelota hasta que a uno de ellos, de tercero de primaria, le rasguñó una mano, por lo cual lo enviaron a consulta médica para descartarle cualquier infección y para que le pusieran las respectivas vacunas.

“Intentamos cogerlo, pero el perrito creía que estábamos jugando y no se dejaba coger, hasta que unas niñas de octavo aparecieron con una cabuya con la que lo amarramos y lo pudimos sacar del colegio, pero se quedó en la puerta esperando cualquier oportunidad para volver a ingresar”, comentó.

Resaltó que en ningún momento el perro demostró ferocidad y siempre trataba de jugar. Lo toqué y vi que más bien era un cachorro, pero nunca me tiró”, dijo.

“Mi sorpresa, concluyó el directivo docente, fue mayúscula cuando ayer jueves en los medios de comunicación apareció el mismo perro y la noticia de que había mordido a 10 niños de la Institución Educativa Ciudad de Itagüí, ubicada cuatro cuadras más arriba”.
Perro juguetón

Darío Gómez, trabajador de una obra en construcción ubicada frente al colegio Carlos Enrique Cortés, relató que luego de que pudieron sacar al perrito del colegio se quedó merodeando y tratando de volver a ingresar hasta que, pasada una hora, se perdió.

Hacia las 11.00 p.m. el can, aprovechando la entrada de profesores, ingresó a la Institución educativa Ciudad de Itagüí, aledaña al Sena del barrio Calatrava, también del barrio La Aldea.

Yésica Larios, madre de un niño de 5 años de preescolar relató que cuando llegó por su hijo estaban en el alboroto porque el perro ya había mordido a varios muchachos de quinto de primaria.

Luego ingresó al grado cuarto y allí mordió a los otros cuatro. Una niña que entró en pánico se cayó y se fracturó un de dedo de una de las piernas.

“No puedo decir que el perro era agresivo. Simplemente se defendió porque cuando entró al salón de quinto los muchachos se asustaron. Se pusieron a gritar y le dieron patadas y reglazos. El animalito solo se defendía.

“Luego pasó por el lado de mi niño y lo tiró al suelo, pero aunque para sacarlo lo golpeaban, el perrito en todo momento parecía jugando. No mandó mordiscos fuertes”, relató la madre de familia. Todos los niños agredidos fueron declarados fuera de peligro.
No aparece el dueño

Wílder Bedoya, subsecretario de Medio Ambiente de Itagüí, indicó que el perro, enrazado en pitbull, fue llevado a un albergue en la Loma del Escobero, de Envigado, que maneja la Universidad CES.

Informó que allí fue dejado en cuarentena y se descartó, inicialmente, que sufriera de rabia. El animal, de un año y medio de edad, que presenta desnutrición, ha estado tranquilo y hasta el momento no ha aparecido el dueño a reclamarlo.

Los veterinarios de la universidad observarán su comportamiento y una vez estos profesionales den a conocer su veredicto, será dejado a disposición de un inspector que decidirá si hay que sacrificarlo o entregarlo en adopción, dijo. Itagüí tiene albergue para mascotas callejeras desde 2013.

En la actualidad tiene 50 perros y de ellos llaman la atención seis cachorros de una camada de siete, que hallaron entre los matorrales del Cerro El Manzanillo, parte alta de La Aldea y Calatrava. La madre huyó llevándose una de sus crías. Bedoya anotó que allí han detectado un perro criollo y dos perras en estado salvaje, que viven en cuevas, los que están tratando de ubicar para rescatarlos.

elcolombiano.com

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