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sábado, 29 de julio de 2017

Marcha de la bronca

La situación del CAM después del caso de un galgo despertó críticas, quejas y cruces políticos. Mientras, Noah se recupera en una veterinaria

Rescatistas y animalistas de la ciudad endurecieron su postura respecto al veterinario del Centro de Adopción Municipal (CAM), Federico Soria, que piden que sea desplazado después de un nuevo caso de denuncia pública, en un hecho que ya envolvió a políticos y hasta a famosos de la ciudad y del resto del país.

Como sucede en grandes situaciones que se dan en una comunidad, lo que para muchos parece irrelevante, para otros es sumamente importante. Y es en tal discusión donde se detienen muchos mientras el conflicto permanece.

En ese contexto, como el año pasado, el partido opositor, en este caso desde un pedido del edil Gustavo Bustamante, salió a pedir que Soria sea desplazado, como lo hizo tiempo atrás, haciéndose eco de las protestas que se multiplicaron por las redes sociales.

Pedir que echen a una persona en un país donde el trabajo es lo que falta no debería ser bien visto. Y eso despertó la bronca también de quienes apoyan al actual Gobierno local y visualizan el tema como “cuestiones políticas”.

Más allá de esto, hay rescatistas que no hacen un Boca-River sobre la vida de los animales.

“Esperemos que algún político de verdad haga algo porque, por lo visto, sólo se acuerdan cuando tenemos casos resonantes y que toman un gran estado público, ahí nos llaman toooodos los partidos, demostrando estar interesados, pero después, todo queda en la nada”, escribió Silvina Gómez. Ella y tantas más habían pedido por mejores condiciones de los perros que son llevados al refugio municipal.

La situación empeora porque hay muchos canes en las calles y tampoco parece haber propuestas colectivas para hacerse cargo de ellos.

En Ledesma, Jujuy, por ejemplo, los perros callejeros de la plaza del centro tienen hasta pequeñas cajas que reciben de los comerciantes y se acomodan dentro de ellas para pasar la noche cuando el frío acecha.

En Villa María, sólo un par de frentistas intentó eso, pero no hubo demasiado contagio.

En la suma de tantos animales, llega “la perrera” y los lleva al CAM.

“Realmente te parte el alma entrar a ese lugar y verlos a todos desesperados por salir, ver sus caritas como diciendo ‘salvame’, es muy triste”, escribió Guadalupe López, una joven rescatista comprometida con la vida de los animales.

“No es un buen lugar, no es un hogar para ellos, no es como lo pintan. Ese lugar es un infierno, hoy me tocó ver cómo entre dos perros casi matan a otro, un cachorrito de apenas unos días sin la mamá”, agregó. Y completó con la crítica a Soria: “Sumado a esto, el veterinario, que no tiene ni un poco de corazón, no siente realmente su vocación… Hay perros muriéndose y a él no le interesa”.

Tras pedir un cambio, insistió: “Los únicos que podemos cambiar esta realidad somos nosotros como sociedad, aportando nuestro granito de arena, compartiendo… Adoptemos en vez de comprar. En este lugar hay mil perritos esperando algún día ser adoptados”.

El caso de Noah

La polémica más grande surgió con el caso de Noah, un galgo que fue atropellado y abandonado en la calle. Fue asistido por una vecina, que lo llevó a una veterinaria cercana para que le realicen los primeros auxilios y por falta de dinero para que se le practique la operación que necesitaba, las rescatistas lo llevaron al CAM.

El domingo 16 de junio apareció una publicación de una foto en Facebook de una persona que fue de visita al CAM.

En la imagen se ve al galgo tirado en un pieza, sin poder moverse, con una fractura expuesta sin tratar, sucio de pis y caca -tanto el perro como el piso y el colchón donde dormía-. El estado antihigiénico y la salud venida abajo del animal alarmaron a los proteccionistas de la ciudad.

Frente a la publicación en la red social de la vecina de la ciudad, dos proteccionistas se acercaron al CAM para ver la situación y solicitar llevar al galgo a una veterinaria.

El cuidador expresó que Soria lo había llevado a su veterinaria para hacerle radiografías, por lo que las proteccionistas se retiraron del lugar sin el animal.

El lunes, al parecer, el veterinario al enterarse que las proteccionistas querían llevarse al perro “para salvarle la vida”, lo operó y le puso clavos en la pata.

El martes 18, cuatro proteccionistas se acercaron nuevamente al CAM para constatar la salud del animal y se encontraron con el galgo pelado, con los clavos, en una pieza sin poder moverse, con mucha tos, infectado, la pata inflamada, lleno de pis y sucio con caca.

“Una veterinaria nos acompañó y constató las irregularidades en la salud del perro y en la operación realizada por el veterinario Soria. Frente a ese estado, nos lo queremos llevar, pero esto es negado”, afirmaron.

El miércoles volvieron al lugar y al llegar se encontraron con que se le estaba amputando la pata al animal. Luego de idas y vueltas y la firme decisión de las proteccionistas de llevarse a Noah, el veterinario accedió.

Estas lo llevaron a la veterinaria Darwin, donde lo recibieron y le aplicaron los primeros auxilios y quedó internado.

Repercusiones

Fue justamente a través de la plataforma Twitter que algunos se sorprendieron cuando observaron que la actriz Anita Martínez compartió con sus más de 350 mil seguidores un mensaje en alusión a lo que ocurre en nuestra ciudad.

“Esto es inadmisible, ayudanos, ¿¿¿qué pasa en #VillaMaría, qué pasa???”, fue el mensaje que dejó junto a un tuit del usuario “Proyecto Galgo”. A ello se le sumó el pedido de Bustamante para que desplacen al veterinario.

Cómo está Noah hoy

El galgo esta clínicamente bien, como expresó su actual veterinario. Está estable, aunque todavía tiene una infección complicada.

Come y toma agua solo, lo que es una buena señal y eso es lo que lo mantiene vivaz porque ese estado evita que haya que ponerle suero: “Ayer le dieron carne de comer y la tragó desesperado”, contaron las proteccionistas.

Todos los días se limpian sus heridas porque tuvieron que hacerle un drenaje por la infección: “Está mejor de ánimo, va a haber que hacerle una resonancia porque no puede caminar, no se puede levantar y caminar. A pesar de la pata amputada debería poder, pero hay algo extra y no se sabe si es una hernia o algo neurológico lo que le estaría obstaculizando la movilidad”.

Cuando esté mejor, sin infección, va a tener que ser operado nuevamente porque tiene la pata mal amputada, para que no tenga dolor en un futuro.

El proceso es lento, pero Noah se va recuperando.

eldiariocba.com.ar

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