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domingo, 6 de septiembre de 2015

Mascotas en peligro: las denuncias por malos tratos crecen en Buenos Aires

Los derechos de los animales.La Fiscalía porteña recibió 420 en 2014, un 15 % más que el año anterior. Y en el primer semestre de éste llegaron 228. Son, sobre todo, por golpearlas y dejarlas encerradas. Las penas incluyen multas y hasta un año de cárcel.

por Nora Sánchez

Un hombre golpea a su ovejero con un fierro. Dos cartoneros azuzan a la yegua malnutrida que tira de su carro. Un perro pasa el día solo en una terraza. Un caniche es atacado por un pitbull sin bozal en una veterinaria de Caballito. Estas son algunas de las denuncias que reciben en la Fiscalía de la Ciudad por maltrato animal, un delito que crece año a año. En 2014 hubo 420 casos, más del doble de los 201 que se investigaron en 2011 y un 15% más de los 360 de 2013.

Sólo en el primer semestre de este año hubo 228 denuncias por infracciones a la Ley de Protección Animal 14.346, que castiga con entre 15 días y un año de prisión a los que someten a malos tratos o actos de crueldad a los animales. Otras 49 se presentaron por espantar o azuzar animales, una contravención que se pena con hasta tres días de trabajo de utilidad pública o multa de $ 200 a $ 600.

"La mayoría de las denuncias tienen como protagonistas a animales domésticos, que reciben agresiones de personas o de otros animales. Palermo es la zona con más denuncias. El 13% de las ingresadas por maltrato animal y el 11% de las que se presentan por espantar o azuzar animales son de ese barrio", detalla el fiscal general porteño, Martín Ocampo.

Las víctimas de estos delitos no pueden hablar, pero a veces encuentran quién lo haga por ellas. Como las proteccionistas, que los rescatan de las situaciones de maltrato, o un vecino comprometido. Junior, un ovejero alemán, tuvo esa suerte. Dos vecinas de Barracas vieron cuando su dueño lo golpeaba con un fierro e hicieron la denuncia. Junior fue rescatado y un veterinario verificó que tenía la mandíbula fracturada y las patas lesionadas. Poco después, el acusado irrumpió en la casa de sus vecinas y las amenazó: "O me dan el perro o son boleta". Ellas lo volvieron a denunciar. Finalmente, en un juicio abreviado, el hombre admitió su culpa y fue condenado a siete meses de prisión en suspenso por los delitos de amenazas y crueldad contra un animal. Junior fue adoptado por las denunciantes.

A veces, los agresores son otros animales. En febrero, en una veterinaria de Caballito, un pitbull atacó a un caniche y le provocó triple fractura de mandíbula. El dueño del pitbull, que lo tenía sin bozal, fue denunciado y se acordó una probation. Tuvo que pagar los gastos veterinarios del caniche y donar insumos a una entidad de bien público. 

También son frecuentes las denuncias por animales que son dejados solos en terrazas y balcones. Cuando no es posible acceder a los domicilios para ver su estado, actúa el Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Fiscalía. Por ejemplo, una vecina de Caballito denunció que un perro era mantenido en malas condiciones en una terraza frente a su edificio. Los investigadores accedieron a una casa contigua y le tomaron fotos al animal, que luego fueron evaluadas por veterinarios. En ese caso, sin embargo, no pudieron probar los malos tratos.

"Las personas que dejan animales solos en terrazas los tratan como si fueran objetos. Cuando no es posible encuadrar el caso en la Ley de Protección Animal, recurrimos a otros instrumentos normativos para poder intervenir, como la contravención de ruidos molestos", cuenta el fiscal Matías Michienzi, de la Unidad Fiscal con Competencia Especial Única y especializado en casos que involucran a animales. Y explica: "Los animales son considerados un medio para un fin, no se piensa en seres. Aunque eso está cambiando. En diciembre, un fallo de la cámara de casación le dio a la orangutana Sandra la entidad de sujeto de derecho no humano. Ese fue un gran avance".

La Fiscalía, además, investiga el tráfico de animales silvestres. En diciembre, en un operativo en la Feria de Pompeya, hubo seis detenidos por vender especies en peligro de extinción. "En la parte ilegal de la feria, ofrecen aves, como cotorritas y hasta aguiluchos, víboras y comadrejas –cuenta Michienzi–. Rescatamos un centenar de ejemplares y los remitimos al zoológico para que los pongan en cuarentena y evalúen su estado. El problema es que faltan lugares para enviar a estos animales".

Hace un año, en Liniers, dos cartoneros forzaron a una yegua a tirar de un carro repleto de estructuras metálicas. Los vecinos llamaron a la Policía, que incautó el caballo, porque en la Ciudad está prohibida la tracción a sangre. Después denunciaron a sus responsables. Los peritos comprobaron que la yegua sufría maltrato crónico y estaba desnutrida. La Fiscalía la entregó a una asociación protectora de equinos para que la cure. El caso llegó a juicio porque los dueños querían que les devuelvan al caballo. El fallo en primera instancia los absolvió, alegando que no se puede criminalizar la pobreza. El fiscal apeló y ahora la Cámara deberá decidir qué vale más: si el derecho de los dueños a trabajar con la yegua o el del animal a tener una vida digna. 

El número de teléfono para denunciar es 0800-33-347225.

clarin.com

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