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viernes, 10 de abril de 2015

Carrera de galgos: drogas y dinero sobre cuatro patas

(Por Daniel Laucha Rodríguez II Para El Observador)

Las pequeñas puertas se abren y los gritos comienzan a retumbar cada vez más fuerte en sus pequeños y sensibles oídos. Allí van, los galgos, con su lengua afuera y sus ojos achinados por la búsqueda de velocidad. Y así, tal como ha pasado siempre, cientos de perros alrededor de país son el foco de diversión y dinero de muchos hombres que los utilizan para apostar de manera clandestina en las distintas carreras que se desarrollan. Sólo en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe existen distintas leyes y proyectos firmes para que esto se detenga; en el resto del país un vacío legal enorme ignora dicha situación. 
En Buenos Aires y Santa Fe ya están prohibidas, en tanto en la provincia de Córdoba se está evaluando un proyecto de Ley respecto a estos espectáculos, ya que todo un circuito ilegal se mece sobre los perros que son obligados a correr hasta caer. En tanto a nivel nacional existe una ley que prohíbe que se maltraten o hagan víctimas de actos de crueldad a Animales. (Ley 14.346) la cual tiene carácter penal. 
Desde hace ya tiempo las diferentes organizaciones no gubernamentales se están acoplando para terminar con esto. “Muchos galgos se desmayan luego de terminada la carrera. Y eso es porque los <<enchufan>>; es decir, le dan distintos medicamentos o estimulantes que los hacen correr a su máximo potencial pero que luego los termina dejando prácticamente inservibles” nos dice Claudia Lencina, Villamariense, Activista que aboga a favor de los canes. De igual modo, agrega que los perros no están organicamente preparados para correr ni hechos para ello, si no que es una excusa más que ponen las personas que buscan diversión a costa del sufrimiento de dichos animales. 
Ergo, para diversos veterinarios, consultados por este periodista, el hecho de que los perros galgos corran está en su naturaleza, pero “El problema es toda la red ilegal que se genera en torno a los perros. Se les da incluso algunos medicamentos que hacen que sus pulmones se expandan de mayor manera. Y además, es muy difícil hacerles entender a algunos dueños que su perro tal vez nunca llegue a tener la velocidad que él desea”. Todo esto se resume en el hecho de que la velocidad y la calidad de un perro galgo dependen de su raza. En pocas palabras, para ser ganador debe tener sangre ganadora: ser hijo de un campeón. Por estas mismas razones luego de una carrera suelen dejar abandonados a distintos animales ya sea por no haber cumplido las expectativas esperadas o por haberse lesionado en el trajín de la competencia. 
“Otro tema bastante particular y triste”, agrega Claudia Lencina, es la cantidad de vejaciones a la que someten al perro: “Los hacen pasar mucho hambre, incluso les meten a veces el dedo en su ano para molestarlo mientras lo mantienen aislado” Por esa misma razón, el perro al salir de la “gatera” ve a la liebre (en algunos casos real) y comienza a correrla desesperadamente”. Además, Claudia, enumera: “En algunos casos a los galgos se los estimula con drogas como broncodilatadores, hormonas de crecimiento; defatigantes como anabólicos, cócteles con estricnina (sustancia prohibida por ley), Arsenil (compuesto de arsénico) y quienes van más lejos hasta cocaína. Se los picanea, los hacen entrenar con esfuerzo (arrastrar gomas o peso), se les exige más allá de su capacidad muchas veces causándole desgarros y quebraduras.” Además, se dice que en alguna ciudad del interior cordobés se vende una pastilla llamada “chinche” por los habitúes de dichos ambientes, esta pastilla lo que hace es contener gran cantidad de drogas pero resumidas en una sola dosis. 
En algunas carreras los premios son de hasta ciento cincuenta mil pesos y “los perros llegan a alcanzar hasta los 70 kilómetros por hora, algunos con la ayuda de drogas escalan hasta los 100” según confirma el periodista Mariano Gavira en su nota de Clarín del 21/02/2015. 
Con todo esto apuntamos a decir que el drama va más allá de la carrera y de la competencia de animales que son hechos naturalmente y biológicamente flexibles a esto. La problemática radica en la cantidad de dinero, drogas y apuestas ilegales que se mueven teniendo a dichos seres vivos como protagonistas. Es más, si uno busca a través de la web puede encontrar distintos videos donde los perros tienen hasta un masajista propio que los relaja y los precalienta antes de salir al ruedo. De esta manera, y bajo esos preceptos, su vida útil puede ser menor a tres años para terminar con temblores, estrés y poco apetito. Existe también un circuito ilegal a través de los pueblos, que es donde menos control se hace, de esta manera distintos “amigos” eligen un campo en particular, para hacerlos correr por un camino de ripio y hacer sus apuestas. Luego de terminada la carrera todos vuelven a separarse y la próxima cita será en un campo distinto al último. Inclusive, en dichos eventos al aire libre, algunos estancieros aprovechan para hacer números musicales y venta de comidas y bebidas (una gran fiesta). Una realidad que toca muy de cerca a cada localidad pero que algunos prefieren no ver o ignorar.


1 comentario:

  1. LOS PUEBLOS RIOPLATENSES DEBEN AUNAR ESFUERZOS PARA DAR FIN A ESA VIL EXPLOTACIÓN CIMENTADA POR UNA MAFIA GALGUERA QUE LINDA CON EL DELITO Y LA INMORALIDAD.

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