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lunes, 26 de enero de 2015

Empeora la salud de Capitán, que cuida la tumba de su dueño

Hace más de ocho años que el perro sigue en el cementerio, desde que falleció Miguel Guzmán. Tiene una enfermedad, producto de comer y vivir a la intemperie.
Por Fernando Agüero
Villa Carlos Paz. Capitán camina con dificultad. Se mueve entre las tumbas del Cementerio de Carlos Paz a paso lento pero seguro. El perro que se hizo conocido en todo el mundo a partir de que este diario dio a conocer su historia de fidelidad hacia su amo tiene una enfermedad de difícil tratamiento.

Hace unos meses se le detectó una insuficiencia renal crónica que le provoca vómitos y un estado de somnolencia. Y con sus 11 años a cuestas, el perro no debería comer otra cosa que un alimento balanceado especial para esa afección. Pero al andar suelto por las calles cercanas, recibe sobras de los vecinos de la zona y otro tipo de comida que terminan por complicarle su delicado estado de salud.

Capitán vive en el cementerio desde enero de 2007. Su historia recorrió el mundo unos años más tarde. Miguel Guzmán, el dueño del perro, falleció en marzo de 2006, y a los pocos meses Capitán desapareció de la casa. La familia lo dio por perdido o pensó que había muerto. Fue unos meses después, en una visita al cementerio, cuando se dieron de que el perro había seguido el rastro de su dueño y se había instalado a vivir allí, al lado de su tumba.

Salud complicada

El veterinario Cristhian Stempels es el encargado de seguir de cerca el estado de salud de Capitán junto a la asociación Fupa, que es la que aporta el alimento especial que necesita.

“Lo vemos de manera periódica y es un perro de 11 años, que tiene este problema renal que le descubrimos hace algunos meses y estamos en un tratamiento”, aseguró el facultativo, que apuntó que el animal recibe todos los cuidados necesarios pero tiene libertad para salir a las calles y comer cualquier cosa que le den.

Elizabeth Caserta, una de las miembros de Fupa, admitió que más allá de los cuidados que se le den, la salud del perro está “en una pendiente”.

“Ha tenido una vida de perro callejero, con comidas a destiempo, mucha intemperie y es un animal muy particular al que le gusta la soledad y siempre anda con la mirada triste”, remarcó la mujer, que añadió que más allá de los controles periódicos que se le hacen, la situación de salud es muy delicada.

Monumento y recorrido

Héctor Baccega fue uno de los que descubrió quién era en realidad el perro Capitán. Un día vio cómo se reencontraba con la mujer y los hijos de Miguel Guzmán, en la puerta del Cementerio. Ahora lo ve cansado y dice: “Parece que se quisiera ir con su amo”.

Baccega comentó que ya hay una propuesta de la asociación proteccionista Fupa para hacer un paseo por el Cementerio que lleve al lugar donde está Capitán casi siempre, al lado de la tumba de su amo. Y aseguró que también se piensa en una escultura, para inmortalizar esa relación de amor y fidelidad que trasciende la muerte y que es un ejemplo para los hombres.

El funcionario que se llevó a su casa a un hijo de Capitán asegura que son muchos los visitantes que llegan al lugar sólo para ver al perro y llevarse una foto de recuerdo.

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