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sábado, 8 de noviembre de 2014

Un hombre enfermo presenta una milagrosa mejoría tras reunirse en el hospital con su mascota perdida

James Wathen había dejado de comer. Frágil y con excesiva dificultad para hablar, el hombre de 73 años le susurró a uno de los trabajadores del centro asistencial que echaba de menos a su perro, un Chihuahua tuerto que no había visto desde que los paramédicos lo llevaron a un hospital de Kentucky, Estados Unidos, unas semanas atrás.

Por lo que un equipo de enfermeras investigaron un poco más para saber lo que había pasado con la querida mascota de Wathen, llamado Bubba, esperando entregar algo de paz y calma al triste y deteriorado paciente, aun cuando dicha reunión pudiera acarrear el quiebre de una de las reglas del hospital en relación a las mascotas.

Una serie de llamadas telefónicas llevaron a las enfermeras a contactarse con el refugio de animales Knox-Whitley donde Bubba había sido llevado y donde, además, se le había encontrado una familia anfitriona. Todo esto, según lo relatado por la presidenta del refugio, Mary-Ann Smyth.

Coincidentemente, Bubba también había caído enfermo hace muy poco. “El perro había dejado de comer hace una semana, lo que era bastante extraño”, le contó Smyth a TODAY.COM. “El perro no sabía dónde estaba James y James tampoco sabía dónde estaba el perro y, aunque no lo creas, ambos habían dejado de comer casi al mismo tiempo”, agregó.

Se ejecutaron ciertos planes para poder traer al pequeño perro, que no tenía su fila inferior de dientes ni su ojo derecho, al hospital por el fin de semana. “En un comienzo, estaba tan triste. Lo teníamos envuelto en una frazada y tiritaba”, contó Smyth. “Al momento en el que nos encontrábamos a casi 20 pasos de donde estaba James (no bromeo), su cabecita se levantó. Sus ojos se pusieron muy brillosos. Pareció como si se hubiese transformado en otro perro”.
Smyth contó que Wathen sufrió una transformación bastante similar durante la reunion de 30 minutos con Bubba. Recuerda que alguien le dijo durante la visita inicial al hospital que “nadie creía que James iba a sobrevivir”. “Estaba a 5 metros de su cama y me era increíblemente difícil entender lo que decía porque no se le escuchaba nada. La enfermera tenía que inclinar su oído hacia la cara de James para poder escuchar lo que decía”, apuntó Smyth.

Pero lentamente comenzó a reaccionar a medida que su perro se acurrucaba con él en su cama. Para cuando Bubba volvió a su segunda visita el día martes, se pudieron notar cambios significativos tanto en James como en el perro. “Ha mostrado una mejoría increíble. Está hablando, se sienta. Está comiendo. No parece el mismo tipo de antes”, dijo Smyth, quien no estuvo presente para la segunda visita de Bubba pero que vio el video grabado por el director del refugio. “Y el perro ahora está comiendo y mejorándose”.

La enfermera Kimberly Probus, del hospital Baptist Health Corbin donde Wathen fue tratado, le contó a WKYT-TV que un grupo de enfermeras salió a buscar a Bubba luego de que “uno de los trabajadores sociales se diera cuenta que era el luto provocado por la pérdida del perro la que estaba haciendo que nuestro paciente se sintiera peor y poco saludable emocionalmente”.

Smyth señaló que no se sorprende de los poderes curativos que las mascotas le pueden entregar a sus dueños. “Espero que esta historia le muestre a la gente la tremenda diferencia que pueden hacer los animales en nuestras vidas”, dijo Smyth. Ella también espera que esto aliente a las personas a comenzar a pensar en la idea de rescatar animales que estén en albergues de animales como el de ella, el cual se está renovando luego de que su hogar previo se quemara en un incendio en noviembre pasado.

“Uno de los problemas más grandes que enfrentamos es la forma en la que las personas ven a los animales. La gente no ve a los animales como criaturas o seres vivos sino que más bien como propiedad. Espero que la gente entienda que no son cosas sino que seres vivos”, finalizó.

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