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domingo, 27 de julio de 2014

Alimentar a 'Paco' puede salir caro - Video

Un vecino de Posada que desde hace diez años cuida a un pollo caído de un nido, se enfrenta a una multa de 500 a 5.000 euros

25 julio 201400:24
Hace diez años Lucas Fernández Piquero, vecino de Posada, paseaba con su hija por el monte del Jelgueru cuando unos maderistas talaban eucaliptos. En la cima de uno de ellos había un nido de corneja con cuatro pollos. Al caer el árbol, tres murieron y uno permanecía vivo. Lucas y su hija recogieron el polluelo y los trasladaron a su domicilio donde lleva una década comiendo a la carta. El pájaro vive libre en un patio, no quiere abandonar el entorno de acogida y habla. Dice «papá, mamá, hola y cocacola», sostiene Fernández. Al residir cerca de una gasolinera «también imita el pitido de los camiones al circular marcha atrás». La corneja fue bautizada con el nombre de 'Paco' y su afán por agarrarse a la vida le puede salir caro a Lucas Fernández.

En efecto, el pasado 7 de julio la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos le abría un expediente sancionador «por tener un cuervo en cautividad» y califica los hechos como una infracción administrativa leve «que puede ser sancionada con una multa de 500 a 5.000 euros».

La apertura del proceso arranca de una intervención del Seprona, el 25 de abril de 2014, «ante el aviso de un particular que alertaba de la presencia de un cuervo en cautividad en la localidad de Posada». La patrulla del Seprona que recogió la denuncia comprobó «la presencia de un cuervo suelto en la parte trasera del edificio, estando domesticado y llegando incluso a hablar». Y sigue explicando el Seprona que «el propietario manifestó que había recogido el pájaro hace unos nueve años; que se había caído de un nido con ocasión de una tala forestal, siendo pollo, y que lo había cuidado hasta la fecha». Y concluyen los agentes el atestado diciendo que «se deja el animal en poder de su propietario al estar bien cuidado».

Lucas Fernández ya presentó alegaciones al expediente que tiene un plazo de resolución de doce meses y debe ser fallado por la consejera María Jesús Álvarez.

En su contestación, Fernández explica que «no cometí ningún hecho ilícito. No es un cuervo y no vive en cautividad. No soy propietario ni poseedor de la corneja, ni me sirvo de ella en modo alguno. La voluntad del animal parece ser la de vivir en su entorno doméstico, únicamente por haber sido cuidado cuando lo necesitó. Disfruta de libertad a su antojo y decidió hacerlo en los alrededores de mi casa».

Visitado por muchos niños

Tras valorar que volvería a comportarse de idéntica manera a como lo hizo hace una década, explicaba ayer Lucas Fernández que «recuerdo que el pájaro estaba en el suelo y no podía volar. Sus tres hermanos habían muerto. Lo recogí con cuidado porque estaba muy débil, lo alimenté y cuidé debidamente y conmigo sigue. Me conoce, pronuncia frases enteras y son muchos los niños que vienen a visitar a 'Paco' con frecuencia».

Eso sí, los instructores del expediente y la consejera tendrán que hilar muy fino para resolver el llamado caso 'Paco'. Y es que la propia Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos, en la disposición general de vedas, reconoce a la corneja como una especie objeto de caza, sobre la que se puede disparar. Así pues, difícilmente se podría sancionar a una persona que cuida, mima y alimenta a un pájaro que es susceptible de aprovechamiento cinegético, según el Principado.

fuente: elcomercio.es

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